Hoy le robé el título a Quique Wolff.
Pero creo que es la mejor síntesis para explicar el gran triunfo de River en Brasil.
Porque el partido de hoy dejó en claro que esto es simplemente fútbol, a pesar de los ¿miles, cientos? de infradotados brasileros que no dejaron que el partido llegara a completar los 90 minutos, evitando tal vez una goleada histórica. Evidentemente, la idiotez en las canchas no es un patrimonio exclusivo de los argentinos.
Pero volvamos al partido. Passarella parece haberse obstinado en contradecirme y hacerme comer mis palabras. Otra vez, como la semana pasada en el Monumental, paró al equipo como correspondía (aunque esta vez yo ya estaba de acuerdo con el planteo antes del inicio del cotejo).
El único reproche pareció darme la razón, ya que insisto en que Higuaín ya ha hecho muchos más méritos que Abán para ser titular (al menos mientras siga la superpoblación de lesionados)
El Timao nunca superó al Millonario, y quedó claro que en la cancha son 11 contra 11, y que los partidos no se ganan antes de jugarlos (sí, ya sé son dos frases hechas y trilladas, pero plenamente aplicables)
Aún en el peor momento, cuando perdía 1-0, River jugó el encuentro de la manera correcta. Jugando al fútbol, concentrado, poniendo huevos, pero sin descontrolarse, ni provocando infracciones que facilitaran las cosas a los paulistas.
El empate llegó por una jugada afortunada, un gol en contra de un impresentable defensor brasilero, sin embargo, en esa jugada el Millo tenía medio equipo en área rival.
A partir de ese momento el Corinthians fue sin nada de claridad, y River contragolpeó inteligentemente, y llegó a marcar una diferencia que ni el más optimista esperaba. Después vino la irracionalidad, y el partido terminó antes de tiempo.
Para destacar, hubo varios jugadores que jugaron su mejor partido desde que están en Nuñez, Gerlo, Tula, Ahumada, Domínguez. Lux y Cáceres demostraron lo importante que son (dando tranquilidad desde el fondo), Gallardo se dedicó a jugar en equipo -que es lo que siempre debería hacer-, y el Pipitá selló la clasificación con 2 goles (el primero un golazo)
Del otro lado, Tévez y poco más, igual que en Buenos Aires. Igual, Carlitos no jugó especialmente bien, y deberá dejar el festejo de la gallinita para el brasileirao. (Carlitos, yo te banco, y espero que la rompas en Alemania, pero tu festejo/puteada en el Monumental, habilita el bardeo).
River volvió a ganar en Brasil por la Libertadores. La última vez había sido con Pellegrini en el banco y también frente al Corinthians, al que ya puede decirse que lo tiene de hijo.
Pero creo que es la mejor síntesis para explicar el gran triunfo de River en Brasil.
Porque el partido de hoy dejó en claro que esto es simplemente fútbol, a pesar de los ¿miles, cientos? de infradotados brasileros que no dejaron que el partido llegara a completar los 90 minutos, evitando tal vez una goleada histórica. Evidentemente, la idiotez en las canchas no es un patrimonio exclusivo de los argentinos.
Pero volvamos al partido. Passarella parece haberse obstinado en contradecirme y hacerme comer mis palabras. Otra vez, como la semana pasada en el Monumental, paró al equipo como correspondía (aunque esta vez yo ya estaba de acuerdo con el planteo antes del inicio del cotejo).
El único reproche pareció darme la razón, ya que insisto en que Higuaín ya ha hecho muchos más méritos que Abán para ser titular (al menos mientras siga la superpoblación de lesionados)
El Timao nunca superó al Millonario, y quedó claro que en la cancha son 11 contra 11, y que los partidos no se ganan antes de jugarlos (sí, ya sé son dos frases hechas y trilladas, pero plenamente aplicables)
Aún en el peor momento, cuando perdía 1-0, River jugó el encuentro de la manera correcta. Jugando al fútbol, concentrado, poniendo huevos, pero sin descontrolarse, ni provocando infracciones que facilitaran las cosas a los paulistas.
El empate llegó por una jugada afortunada, un gol en contra de un impresentable defensor brasilero, sin embargo, en esa jugada el Millo tenía medio equipo en área rival.
A partir de ese momento el Corinthians fue sin nada de claridad, y River contragolpeó inteligentemente, y llegó a marcar una diferencia que ni el más optimista esperaba. Después vino la irracionalidad, y el partido terminó antes de tiempo.
Para destacar, hubo varios jugadores que jugaron su mejor partido desde que están en Nuñez, Gerlo, Tula, Ahumada, Domínguez. Lux y Cáceres demostraron lo importante que son (dando tranquilidad desde el fondo), Gallardo se dedicó a jugar en equipo -que es lo que siempre debería hacer-, y el Pipitá selló la clasificación con 2 goles (el primero un golazo)
Del otro lado, Tévez y poco más, igual que en Buenos Aires. Igual, Carlitos no jugó especialmente bien, y deberá dejar el festejo de la gallinita para el brasileirao. (Carlitos, yo te banco, y espero que la rompas en Alemania, pero tu festejo/puteada en el Monumental, habilita el bardeo).
River volvió a ganar en Brasil por la Libertadores. La última vez había sido con Pellegrini en el banco y también frente al Corinthians, al que ya puede decirse que lo tiene de hijo.
¿Se puede hablar de sorpresa?.
NO, ni a palos, salvo que uno piense que los partidos se ganan con sólo tener mayor presupuesto, o que se crea que las tribunas llenas ganan por sí solas, o que se desconozca la historia del fútbol y se piense que el Corinthians es más grande que River, o que los partidos se ganan antes de jugarlos.
Por eso lo de Simplemente Fútbol, porque River ganó bien, fue más en los 180 minutos, y entendió que -como dijera el gran Angel Labruna- la verdad está en el verde césped, y que el hambre de ganar a veces vale mucho más que millones de dólares (o euros, o reales, o pesos).
PD: Felicitaciones para Estudiantes de La Plata, que también clasificó a Cuartos de final en tierras brasileras, lo que deja al fútbol argentino con 3 representantes entre los 8 mejores de América, más que ningún otro.