El camino al infierno...

| miércoles, mayo 17, 2006


Desmedido el efecto que algunos le dan al fútbol en sus vidas.
Desmedido el amor de algunos por una camiseta, por un jugador, por una institución. ¿Cómo medir las emociones? ¿Cómo ponerle nombre a la pasión? ¿Hasta dónde nos pueden llevar el fanatismo, el deseo, los colores?
¿Por qué tantos interrogantes?, se preguntará el que lee.
Dieron la lista y don Jabba the Hut metio mano y cola para quedarse tranquilo como niño con juguete nuevo y sacarlo a Lux y ponerlo a Ustari.
¿Cómo un dirigente puede, con tan poco, trastocar la vida de tantos?, ¿cuál es la ganancia? Ustari tiene un 90% de posibilidades de ser el tercer arquero, mientras que Poroto peleaba por la N° 1. Ustari no es del riñón de Pekerman, sí Lux, que se brinda a la celeste y blanca desde que tiene 15 años.
Todos resaltan que Pekerman le dijo que no iba a la cara, con lágrimas en los ojos, yo me pregunto ¿Dóonde estaba Tocalli? ¿Y el Pato?. Si era por cuestiones meramente futbolísticas, ¿quién mejor que el entrenador de arqueros para dar esa explicación?.
Y para colmo, en este mar revuelto, aparecieron los buitres con sus cámaras y sus micrófonos, no haciendo más que azuzar el dolor de unos y la desazón de otros.
Se olvidan, y nos olvidamos, que ninguno de estos pibes supera los 30 años, y muchos ni los 26. ¿Qué esperan que diga Demichelis cuándo le consultan a minutos de saberse fuera del mundial? ¿A quién le piden reflexión y cabeza fría?. ¿A un pibe al que se le ha roto la ilusión?
Solo queda aplaudir a los muchachos (23 años!!!!!!!) como Lux, que aún en el dolor tienen claro que el fútbol es solo fútbol y que llorar se llora a los muertos y no a una convocatoria.