Señores, estamos ante un genio. Un tipo que con un equipo plagado de jugadores desconocidos (a grosso modo) y con solo unos pocos que se han formado un nombre en la elite (Viduka, Kewell por nombrar algunos) ha clasificado a Australia a octavos. Australia, un equipo sin tradición futbolera, más acostumbrado a pasar la pelota para atrás que para adelante (teléfono Román (?)) en el deporte más popular allí que es el rugby, y un país cuya mayor característica son los queridos canguros.
Si bien no hacía falta que lo hiciese, Guus volvió a demostrar que lo de él es talento. En el 98 con Holanda (predecible para algunos, pero no por eso fácil de lograr) y en el 2002 con Corea del Sur (más allá de alguna ayuda arbitral) alcanzó las semifinales del torneo por naciones más importante futbolísticamente hablando del mundo. Un equipo como Corea, que al igual que Australia, no gozaba de un pasado futbolístico muy agraciado, llegando a semifinales: sólo lo puede hacer Guus.
Digamos que Hiddink vendría a ser una especie de Bora Milutinovic pero exitoso (?) Entre las características que conforman su persona, los jugadores siempre valoran su disciplina (bastante estricta) y su preocupación por el estado anímico de sus jugadores. A su vez, como dato más saliente, tengamos en cuenta que Hiddink ya se erigió como ídolo en el país perteneciente a Oceanía, con sólo haber pisado 4 veces suelo australiano.
Ojalá en el 2010 lo veamos dirigiendo a una Rusia con un mejor futuro que su actual presente, y demostrando todo el talento para esto que es el arte de dominar grupos humanos y entender de qué se trata realmente el fútbol.