Facilongo

| martes, junio 27, 2006

Choque atractivo para sentarse a ver Ghana - Brasil. Uno, que venía como la gran revelación africana del Mundial, con jugadores que se destacaban como Essien (sin poder estar hoy por doble amonestación) Asamoah, Muntari, etc y con el buen toque de todo equipo de ese continente. El otro, con todos los pergaminos, títulos que avalaban su historia futbolística, y un nivel que, si bien no demostró lujos, fue lo que necesitó para pasar cómodo de ronda.
Al comienzo del primer tiempo, y como se preveía, Brasil salió con todo a comerse a los ghaneses. Por su parte, los del conjunto africano intentaban tirar constantemente el fuera de juego (manía ya casi obsesiva entre los países de dicho continente) pero de una manera suicida y sin práctica. Conclusión: los brasucas se iban a hacer un festín. En una de estas jugadas, Ronaldo (la bestia, el tanque, como quieran llamarle: rompió el record del Bombardero) rompe el offside y se va con todo hacia el arco de un arquero bastante peculiar, que es eludido por la magistral maniobra del delantero del Real Madrid, marcando el primer gol de su equipo. Cuando todos pensaban que a partir de este gol Ghana habría aprendido la lección, se equivocaron: siguió tirando ese fuera de juego mal utilizado, casi a mitad de cancha, al cual los del conjunto verdeamarhelo respondían con pelotazos para los dos goleadores que tenían adelante. Sin embargo, de a poco Ghana se fue asentando en el partido, empezó a manejar la pelota y a tocar. Amoah lo tuvo, pero casi. Muntari se movía, Appiah se mostraba, comenzaba a vislumbrarse un nuevo partido tal vez. A esta altura, era un partido de ida y vuelta, en donde los jugadores del mediocampo o estaban totalmente metidos en al defensa o totalmente metidos en el ataque. Mensah tuvo el empate ganés en un cabezazo que rebotó en Dida. Cuando terminaba el primer tiempo, Cafú se fue por la banda derecha, tocó al medio y gol de rodilla y en offside de Adriano.
En el segundo tiempo, Ghana intentaba, tocando por abajo y llegando a lo "papy futbol" con los jugadores cercanos al área, pero en 3/4 de cancha estos se omnubilaban y terminaban muy muy mal las jugadas. Con decir que de 10 tiros al arco en la segunda parte, creo que habrán acertado 2 veces al arco, las otras se fueron muy desviadas. Brasil, por su parte, se dedicaba al toqueteo entre Dida y Juan: Dida sacaba, se la entregaba corta a Juan, este se la devolvía, este se la volvía a pasar a Juan...Háganse la idea de muchos minutos de esta forma. Mucho más cuando Ghana se quedó con uno menos, por doble amonestación a Gyan (la segunda fue por tirarse en el área). Estaba todo liquidado, pero faltaba un golcito más del Scratch (el cual no sabemos por qué tiene ese apodo, llamamos a la solidaridad del que lo sepa). Justo después de la expulsión, y en otro de los pases al vacío, Ze Roberto escapó a la nuevamente mal utilizada ley del offside que intentaron los ganeses y eludió al arquero, para darle el tercer gol al conjunto sudamericano. Ahí terminaba el partido.
Resumen: La verdad, se dió todo bastante predecible: un Ghana inexperto, con serios problemas defensivos pero con muchas ganas en ofensiva, al cual no le alcanzó. Por el lado de Brasil, metieron 3 goles sin siquiera despeinarse. No se esforzaron para nada y regularon durante la mayor parte del partido. Al parecer, este equipo, debido a su gran potencial, ya decide como manejar los partidos, según los tiempos que imponga. De cara a la final, realmente asusta.