El Héroe

| miércoles, abril 05, 2006


El Villareal pasó a semifinales de la Champions League, y todo el mundo se deshace en elogios para Riquelme, para Pellegrini, para Forlán, y para Sorín.
Sin embargo pocos mencionan (más allá del dato estadístico) a Rodolfo "el Vasco" Arruabarrena.
Signado por el amarillo, tanto en su cabeza, como en las camisetas de los tres equipos en los que ha jugado (Boca, Central y Villareal), este tradicional lateral izquierdo ha sido parte fundamental en algunas de las páginas más gloriosas que han escrito los equipos en los que se ha desempeñado.
Eterna e injustificadamente marginado de la Selección Argentina (sólo algún llamado en la era Passarella), tapado por Sorín, e inexplicablemente también por Diego Placente, el Vasco ha hecho una carrera que muchos envidiarían.
Boca no hubiera podido ganar Copa Libertadores 2000, más allá de Bianchi y Córdoba, sin los dos goles del Vasco en la primer final contra el Palmeiras.
Hace unas semanas fue el autor del tanto que permitió al Villareal eliminar al Glasgow Rangers por los octavos de final de la Champions.
Y ayer, nuevamente se vistió de héroe al convertir el único gol que eliminó al Inter y que puso al Submarino Amarillo en semifinales de la Copa de Campeones europea por primera vez en su historia.
Y todo esto siendo Nº3.
Por eso, se le reconoce el mérito a Román, el Ingeniero, Cousillas (?) y compañía, pero el verdadero artífice de este momento es Arruabarrena.