La tecnología en el fútbol

| lunes, julio 10, 2006


Viendo el último partido, que dió cierre a una pobre Copa del Mundo que pudimos observar este año, me sorprendió la jugada de la expulsión de Zidane. No sólo me dejó maravillado ese espectacular cabezazo del argelino más famoso del mundo (?) sino que me sorprendió ver como un árbitro tomaba una determinación gracias a la tecnología. Un árbitro, 2 jueces de línea y un 4to árbitro que no observan una jugada clara, en el medio del partido; una agresión sin pelota grosera, pero que sin embargo, origina la expulsión del homicida (?). Cómo supieron lo que había pasado entonces? Gracias a los benditos adelantos modernos: las imágenes de televisión y el maravilloso (?) intercomunicador (que Dios sabe con quién comunica a Elizondo, además de con los otros jueces dentro del campo). Aparentemente (y Horacio por ahora no quiso afirmar esto porque sería meterse en terreno escabroso) al árbitro argentino le habría llegado una advertencia por la famosa cucarachita, debido a que en las imágenes de televisión se veía claramente la infracción de Zinedine. Escuchado esto, Elizondo tomó la determinación de expulsar al mejor jugador del Mundial.
La discusión no viene por este caso en especial, sino por el mañana: luego de lo visto en esta Copa del Mundo, podemos temer que en próximas ediciones termine dirigiendo una comisión de Árbitros desde un palco, con imágenes claras y concisas, fuera de dudas, para ayudarlos a decidir? Creo que nada es imposible, y menos esto. Algunos pueden argumentar que la agresión de Zidane fue demasiado alevosa como para ser ignorada, y que no hay que ser extremistas, pero en caso de ser así: cómo determinar cuando un caso es especial y debe intervenir la tecnología en las decisiones? Acaso los agarrones en las áreas no deberían ser sancionados, ya que son vistos claramente por TV y no desde el campo? La pelota entró, no entró? Y bueno, usemos las cámaras y que nos coma el mundo moderno diría alguno. Realmente, el fútbol no tendría el mismo sabor si no hubiese una persona humana que controlara la situación. Que los fallos o aciertos sean de personas, no de máquinas, por favor.