El partido que a nadie le importa

| sábado, julio 08, 2006


Se va acabando esta experiencia hermosa que siempre nos deja un Mundial. Hoy fue el turno del tercer y el cuarto puesto (algo que a la grandes potencias futbolísticas no les interesa). Ambos equipos llegaban sin la mayoría de sus titulares: por un lado Alemania, sin Lehmann en el arco, brindando homenaje a Oliver Kahn; en cuanto a los jugadores de campo, ni Ballack ni "Metensacken" (?) ni el turista de la banda derecha ante Argentina Friedrich. Por el lado de los lusos, no se presentaban en el equipo titular ni Miguel (con una lesión en los ligamentos) ni el glorioso e inacabable Lucho Figo. Realmente, no se esperaba demasiada pierna fuerte ni mucho esfuerzo, por lo que podían suceder dos cosas: o bien era un partido plagado de goles, de ida y vuelta livianito, sin una férrea marca; o bien era un partido chato, sin situaciones de goles, controlando la bola nomas (a qué nos hace acordar). Por suerte, lo que sucedió estuvo más cercano a la primera opción.
En el inicio del primer tiempo, se vió a una Alemania mejor parada, intentando ir para adelante con todo lo que tenía, y a un Portugal dubitativo. Ésto de a poco se fue revirtiendo, y Portugal también se acercó al arco germano. Los dos no se conformaban con mantener en cero su propia valla y lo iban a buscar. Los teutones se venían con el improvisado titular Kehl (al igual que contra Argentina) y sus remates potentes desde afuera; y con la siempre peligrosa dupla atacante que conforman Podolski y Klose. Portugal? Poco. Deco, Cristiano, Simao y no mucho más. Igualmente, queridos lectores, no se crean que todo el primer tiempo fue así (?) Esto solo correspondió al comienzo del primer período. Una vez transcurrido ya varios minutos, los jugadores empezaron a cuidar más el físico, a no arriesgar tanto y toquetear con la bola sin profundidad. Así se fue el primer tiempo.
Pero no se me desalienten: en el segundo tiempo, vino lo mejor, y con ello los goles. Comenzada la segunda parte, Alemania, tímidamente, avanzaba, y Schweinsteiger era el que más peligro llevaba al área germana. Y justamente, en una de esas escaladas del volante alemán, metió un balinazo que Ricardo calculó horriblemente, por lo que le pasó entre las manos y fue el primer gol del conjunto local. Gol y deliiiiirio para los de Klinsmann, que así dejaban una mejor imagen, luego de su sorpresiva derrota ante el conjunto italiano. Sólo cinco minutos después, Schweinsteiger (sí, desde ahora en más, el del apellido raro) metió un centro rasante, veloz y rapaz, al cual Petit, con mucha mala suerte, le cambió el recorrido y evitó que Ricardo pudiese contenerlo. Dos a cero, y Alemania estaba feliz de la vida, chocha como diría mi abuela. Ahí Scolari (técnico nombrado para dirigir Brasil, seguir en Portugal o venir a dirigir a nuestra Selección Nacional) le pedía tranquilidad a sus dirigidos y adelantaba un poco más a su equipo en el campo de juego. Sin embargo, Schweinsteiger metió otro zapatazo y liquidó todo, sin darle chances al equipo de Deco de dar vuelta la historia. Como para no irse zapateros, y luego de un excelente centro de Lucho Figo, Nuno Gomes (que había entrado por Nuno Valente) la mandó adentro.
Realmente, fue un partido entretenido, como para ir preparándonos para una posible lluvia de goles entre galos e italianos.