PLAZO A PLAZO

| jueves, agosto 23, 2007

Cuando a principios de los años 90 la AFA decidió comenzar a jugar dos campeonatos de diecinueves fechas por año no imaginó que además de comenzar una novedosa era en materia organizativa había activado una nueva forma de ver el fútbol por parte de los protagonistas, dirigentes, miembros de la prensa e hinchas: el del corto plazo.

Es que hoy por hoy con un torneo de menos de veinte partidos que premia con tres puntos las victorias, los plazos para todos se han acortado en demasía y pienso que ello ya trajo consecuencias nefastas para el fútbol argentino.

Hoy cuando un equipo pierde tres partidos seguidos, indefectiblemente todos comenzaremos a mirar de reojo al DT de turno y seguramente se levantarán algunas voces pidiendo su renuncia. Lo mismo pasa con los jugadores, si en tres ó cuatro partidos no es bueno su nivel, inmediatamente se pondrán en dudas sus condiciones, los hinchas pedirán al que espera en el banco y los periodistas publicarán rumores de refuerzos. Y también se da el caso contrario en que un jugador la rompe por la misma cantidad de partidos, seguramente ya se comenzará a hablar de su pase al exterior, ó a un club grande y seguramente escucharemos por parte del player el clásico: “conmigo no se comunicó nadie”.

Lamentablemente en la actualidad ya vemos como algo común todos los ejemplos nombrados anteriormente y no nos sorprende que Francisco Maturana haya sido despedido a solo tres fechas de iniciado el torneo; que a Germán Denis lo pidan como “9” de la selección cuando el campeonato anterior no servía para nada; que Passarella le pida paciencia a los hinchas y ¡seis meses! de plazo; ó que se vayan jugadores al exterior que solo actuaron un par de partidos en primera división como Maxi Moralez por ejemplo.

Tres ó cuatro fechas parecen ser el límite a todo. Es decir que en un mes (tiempo en que se juegan estos partidos) los equipos deben demostrar buen funcionamiento, su DT encontrar el once ideal y los jugadores mostrarse aplomados y aptos para la función. Mientras tanto, los periodistas, los dirigentes y los hinchas esperamos ahí, con un cronómetro y carpetita virtual en mano para evaluarlos y darles el okey definitivo ó defenestrarlos para siempre...ó por un mes, que hoy por hoy es casi lo mismo.