Alguna vez fue noticia el escándalo de Desábato y Grafite, allá en tierras brasileras, cuando el jugador del San Pablo declaró ante la prensa (y también ante la justicia, haciendo la correspondiente denuncia) un supuesto insulto racista por parte del jugador de Quilmes hacia su persona.
Hoy el protagonista de esta nueva historia, con características similares, es el mediocampista brasileño de Nacional Pedrinho, quien acusó sin tapujos (?) por racismo al capitán de Cerro Porteño, Nelson Cabrera. Pedrinho le contó a la prensa, nunca ávida de sangre (?) que el jugador del Cerro Porteño lo había tratado de "negro de m..." y siguió en el mismo tono al decir que "no es la primera vez que me ofendió".
Yo entiendo que hay Derechos Humanos que deben cumplirse, entiendo que está la ONU (?) Greenpeace (?) pero señores...¿para tanto? El insulto de esas características, entre hombres de verdad, queda en la cancha. Si un jugador es inteligente, y recibe ese insulto, sabrá como utilizarlo para sacarle provecho. Bajo la bandera de "no al racismo" se están promocionando un montón de cuestiones que nada tiene que ver (basta con recordar todo el affaire de "no nos dejan jugar en la altura porque nos discriminan"...¿no será porque los jugadores se sienten más cerca de Dios cuando termina el partido?) y que desvirtúan al fútbol. Al emitir el insulto "negro de m..." ¿alguien puede pensar que el emisor del mensaje está pensando en agredir a toda la raza morenita (?) al mismo tiempo que intenta ofenderla y dejar bien en claro que son inferiores intelectualmente? Quiero creer que nadie tiene tantas cosas en la cabeza (sino al fútbol jugaría de manera bastante pobre). Entonces, seamos prácticos, dejémonos de joder (?) y no intentemos usar al fútbol de escudo para aparecer en las cámaras.