Para alquilar balcones (porque los palcos los vendieron hace un par de días) fue Rosario Central vs Estudiantes. Con un Gigante repleto debutó el canalla y estrenó varias figuritas que no se consiguen en cualquier kiosco amigo. Electrizante desde el primer momento, ambos equipos salieron a buscar el partido. La novedad fue el local que con técnico nuevo propuso y dispuso del juego; de los de La Plata ya era sabida su vocación ofensiva.Prolijo y punzante arrancó Central y sin tregua acosó a su rival. Prematuramente a los 5' de juego Zelaya abría la cuenta con un remate fortíssimo tras una habilitación del Equi desde el sector derecho. Sin perder la concentración 4 minutos más tarde, tras una habilitación en profundidad de Borzani, Danelón volvía a sacudir el fondo de la red de Andrújar para concretar el 2º knockout en el mismo round.
Estudiantes no daba señales de vida y parecía extrañar a Verón más de la cuenta, hasta que apareció la figura de la cancha, Mauro Boselli, que con picardía a los 40' del PT aprovechó uno de los pocos descuidos de la línea del fondo auriazul y la calidad de Benítez para, de zurda, fusilar a factura Broun. De ésta manera se cerraba el PT y anunciaba un segundo imperdible.
A los pocos minutos del comienzo del ST, luego de un "centro de la muerte" que acechó por derecha y que la defensa del pincha rechazó como pudo, apareció el Kily por el frente del área, capturó el balón suelto y con todas las comodidades para perfilarse clavó un zapatazo de 40 metros para fortuna de los rosarinos. Pero acá viene lo bueno. En la exaltación colectiva, el joven arquero de Central corrió hacia la mitad del campo a festejar con sus compañeros, los cuales no se percataron de que todos habían abandonado el terreno rival, mientras que su valla estaba vulnerable. Ahí apareció la picardía de un goleador de raza: Boselli la pidió rápido y envió un misil soviético teledirigido para enmudecer al estadio que aún estaba rugiendo luego del golazo del Kily. Más de uno tardó un momento en comprender la situación. A pesar de esto, la localía no escatimó en calidez y le dedicó un aplauso de aliento al afligido guardametas (óle!).
El encuentro prosiguió de ida y vuelta y para no dejar la escena incompleta, se friccionó para el deleite de los rústicos (Laspada sos mi ídolo).
Hubo jugadores que hubiesen sido figura en cualquiera de los 18 partidos restantes del torneo:
Enzo Pérez: metió, corrió, desbordó, fue el calvario del paraguayo Núñez, que fiel a su nacionalidad le dejó un par de autógrafos en los tobillos y más arriba.
Kily González: quedaron cabeza a cabeza con Boselli por el MVP, pero después de semejante doblete imposible sacárselo.
"Oveja" Borzani: silencioso, se comió todo lo que se movía. Pegó pero no se notó (no vió la amarilla). Fue la transición entre defensa y ataque. A la "gata" la cocinó con una receta rosarina especial.
Danelón: Una "saeta" dirían los septuagenarios con la "spika" pegada a la oreja.
Ezequiel González: más enganche que nunca, fue la claridad del fútbol canalla de mitad de cancha hacia adelante.
Se volvieron a notar fisuras con la línea de 3 de boquita Sensini tal como en el partido debut de copa Libertadores frente a Independiente. No se complementó con el tupido sector de volantes y de los espacios nacieron los goles de Central. Moreno y Fabianesi supo en la temporada pasada ser ese polifuncional que solucionaba esa clase de inconvenientes, no en la actual. Cuando salió reemplazado promediando el ST, la tribuna le dedicó una silbatina poco amistosa.
Calderón (mención aparte) se vió inmerso en una dupla central que lo anuló todo el partido; sólo tocó 2 pelotas y fue en el círculo central.
Vitamina Sánchez planteó un partido con tenencia de balón e inclinó la cancha hacia el sector izquierdo con el tándem Kily-Equi para generar fútbol. De esa manera cada escalada del veloz Danelón asociada con la claridad de Méndez lastimaba al pobre chavo Desábato que le miró el número de la camiseta todo el partido.
El encuentro dejó algunas perlitas como el caño de Alayes a Méndez, el tirón de pelos del Kily a la gata Fernández y consecuentes verdugueadas, las murras del chapu Braña (no te retires nunca) y la patada ninja de Moreno y Fabianesi a factura Broun en el área chica (te vimos, Iván; Aval no, claro).
Formaciones:
Rosario Central: Broun; Danelón, Ribonetto, Braghieri y J. Núñez; Méndez, Borzani y Cristian González; Ezequiel González; Zelaya y Vizcarra. DT: Pablo Sánchez.
Estudiantes: Andújar; Alayes, Angeleri y Desábato; Moreno y Fabianesi, Braña, Benítez y E. Pérez; Gastón Fernández; Calderón y Boselli. DT: Roberto Sensini.
Goles: Zelaya (RC; 4' PT); Danelón (RC; 9' PT); Boselli (ELP; 40' PT); C. González (RC; 5' ST); Boselli (6' ST)
Cambios
Central: Franzoia x Vizcarra (26' ST); Zarif x E. González (36' ST); Paglialunga x C. González (40' ST).
Estudiantes: J. Díaz x G. Fernández (0' ST); Salgueiro x Moreno y Fabianesi (28' ST); Galván x E. Pérez (34' ST).
Tarjetas amarillas: Vizcarra (35' PT); E. González (41' PT); Braña (43' PT); Núñez (21' ST); Pérez (29' ST); Galván (48' ST).