El responsable de la seguridad en el fútbol dejó su cargo por su “desacuerdo” con las políticas del ministro de Justicia y Seguridad. La historia detonó porque se prorrogó la fecha para que se pongan butacas en los estadios. “Acá mando yo”, dijo el ministro. Debería haberse cumplimentado en 2007.
“Acá mando yo”, les dijo Fernández a los dirigentes de los clubes con más peso del país. Luego, aceptó el pedido de una prórroga de un año más para cumplir con lo pactado -de poner butacas en el 90% de la capacidad de sus estadios-, pese a que es una reglamentación que en realidad data de 2003 y debía haberse cumplimentado en agosto de 2007. Si, cinco años después, los clubes aún no cumplieron y, en cambio, obtuvieron la venia del ex ministro del Interior.
Castrilli intentó disimular su malestar tras la reunión que, junto a Fernández, tuvieron con el presidente de San Lorenzo, Rafael Savino, su par de Huracán, Carlos Babington, los vices de Boca y River (Oscar Amor Ameal y Julio Macchi respectivamente) y el secretario de Vélez, Julio Baldomar. Pero la posibilidad de la renuncia comenzó a latir con fuerza.
Los clubes le propusieron presentarle en dos semanas –esto fue el 30 de julio- un plan integral de seguridad que entre otros puntos contempla una prórroga de un año para la cuestión butacas, en sintonía con lo dispuesto por la Legislatura porteña siete días atrás. Y el ministro aceptó, contrariando a Castrilli que no quería ceder ni un centímetro más.
El “Sheriff” comentó tras el encuentro que “lo que quedó en claro es que el ministro les dijo que presentaran un plan integral y a partir de lo que traigan, se verá cuál es la respuesta”. Pero luego, gente cercana al hoy renunciado confirmó que en una reunión privada, el ex árbitro confió que se sintió desautorizado con una medida que él considera medular para terminar con el poder de las barras dentro de los estadios y que si no se da marcha atrás con este guiño a la dirigencia, pegaría el portazo. Y así fue.
"Las decisiones en este ministerio, hasta que la presidenta no disponga lo contrario, las tomo yo", subrayó por radio Continental el ministro luego del cónclave, en lo que se interpretó como un mensaje para Castrilli.
Los casos son todos distintos, y según los clubes deberán hacer más o menos obras.
Por caso, Savino dijo que a San Lorenzo solo le falta el 25 por ciento para cubrir con butacas todos los sectores de su cancha en el Bajo Flores. Sin embargo, la trama viaja por otro carril: no solo es el gasto, sino que las butacas disminuirán sensiblemente la capacidad de los estadios y por ende venderán menos entradas.