Cuentos chinos

| martes, agosto 26, 2008


Acorde a los soberbios Juegos Olímpicos de Beijing 2008, en los que la China comunista de Hu Jintao desplegó todo su poderío económico con el fin inequívoco de mostrarse como un país abierto y diferente, la ceremonia de cierre estuvo a tono con las 16 jornadas de competición y fundamentalmente con la inauguración.
La pirotécnica organización con un costo superior a los 500 millones de dólares deslumbró a los cinco continentes, pero vale la pena preguntarse: ¿alcanza con unos petardos, un nido gigante y muchísima obsecuencia para limpiar la imagen de uno de los países más retrógrados en cuanto a los derechos civiles y humanos se trata?.

"El mundo aprendió mucho de China y China aprendió mucho del mundo" dijo el presidente del COI, Jacques Rogge, plácidamente condescendiente con el gran tigre asiático que crece a pasos agigantados mientras exporta ciudadanos indeseados a los depósitos mundiales, sección en la que Argentina ganó ampliamente la licitación los últimos 10 años.

La premeditación de los orientales asusta, y no lo digo a la ligera, son muchos y muy metódicos, lo que hace temblar a países chicos y desorganizados como el nuestro. Desde hace una década, China viene preparando el terreno para ser sede olímpica presionando en el COI e incentivando la actividad deportiva con grandes sumas de dinero, por resultado llevaron la delegación olímpica más grande de la historia con 639 atletas y consiguieron 51 medallas doradas y 100 en total.

Para el cierre de esta edición, presentaron a las figuras que serán la imagen de los JJ.OO. de Londres 2012. Aparte de Beckham, la sorpresa fue Jimmy Page, una leyenda viva del rock. El guitarrista de Led Zeppelin llegó junto al jugador de LA Galaxy en el clásico ómnibus londinense que sumado al Big Ben, son las postales más aburridas de la ciudad. Solamente espero que la llama olímpica del 2012 la encienda Page con una viola ardiendo. Quizás así, alguna vez en la vida no me arrepienta de ver una ceremonia inaugural.