Desde que apareció ya hace tiempo en la Primera del club xeneixe, Mauro Boselli pidió pista para emular a su gran ídolo, Martín Palermo. Como un fiel soldado, esperó y esperó en el banco de suplentes a que se le abriera alguna chance de participar en cotejos con el primer equipo de fútbol de Boca. Sin embargo, debido a las pocas lesiones que suele sufrir el "Loco", y las nulas expulsiones, las participaciones de Mauro sólo se limitaron a algún partido en un fin de semana, contra un equipo menor, cuando Boca participaba en la Libertadores o en la Sudamericana. Esta situación persistió durante tanto tiempo, debido en gran parte a las excelentes actuaciones del titular, que un día el eterno opacado dijo "basta", y decidió iluminarse él solito. El primer paso fue emigrar hacia un club que viene en constante crecimiento desde hace varios años como lo es el Estudiantes de la "Bruja" Verón (seamos sinceros, Sensini es sólo un títere). Allí, donde se pagó muchísima plata por la mitad de su pase, le dieron toda la confianza que el delantero necesitaba, y él retribuyó con tres goles en dos partidos jugados. Desafortunadamente para él, ese triplete no evitó las sendas caídas ante Independiente por la Sudamericana, y ante Rosario Central por el Apertura. Con estas buenas actuaciones, uno se pregunta dos cosas: ¿cambió algo en Boselli que ya hizo tanto en tan poco tiempo?. Por otro lado: ¿hizo bien Boca en dejarlo ir?.
En cuanto a la primera pregunta, uno piensa rápido y llega a la conclusión más obvia: Boselli no cambió, sencillamente tuvo lugar y jugó. Después de estar tanto tiempo como el eterno relegado, y de sentir toda la presión de demostrar en los pocos partidos que tenía, tener la seguridad de ser titular en un equipo como Estudiantes de la Plata también le brinda tranquilidad para hacer lo que mejor sabe hacer: goles. En los partidos que jugó en la Primera xeneixe, siempre se lo notó a Boselli (exceptuando algunos encuentros) muy apurado, nervioso, como intentando hacer un gol en cada pelota que tocaba. Esto, claramente, atentó contra su juego, pero no así contra su lugar o no como titular, algo que tenía y tendrá negado de acá hasta que se retire Palermo.
En cuanto a la segunda pregunta, acá es cuando calculo, tendremos más dudas. Por un lado, Boca no le cortó la carrera a un pibe que la venía remando desde hace tiempo, y, a cambio, recibió una buena tajada, excelente para los precios que se manejan en el mercado local. Teniendo en cuenta que Martín Palermo tiene el puesto más que asegurado, Ischia no iba a poder darle tanto rodaje a un pibe que tiene condiciones como Boselli, y la opción más lógica era dejarlo ir. Por otro lado, y tal vez es el más discutible, las condiciones de Mauro son innegables. Olfato goleador, buena pegada, buen físico, todas características del típico nueve boquense. Cuando Martín Palermo se retire, en no mucho tiempo calculamos: ¿podrá Boca suplantarlo con un nueve preparado para vestir la camiseta de Boca? ¿No era tal vez más lógica prestar a Boselli a algún club de Primera División como para que vaya tomando experiencia, y cuando llegase el momento del retiro de Palermo, él ocupar su lugar? Son dos posturas: Boca eligió la primera.
En este Apertura que comenzó, las perspectivas para Mauro Boselli son más que buenas. Goles, buenas actuaciones y hasta tiros de mitad de cancha: mejor imposible. Veremos si todo esto no es más que un espejismo o, en cambio, Boca se estuvo perdiendo a un jugador de una calidad importante.