Con su habitual profundidad y agudeza, el periodista, docente y sociólogo Walter Vargas nos honra a todos los integrantes de FYAM con una sustanciosa entrevista en la que habla de todo y de todos. En su haber, destaca su presente como integrante del equipo de Víctor Hugo Morales en radio Continental y columnista del diario Olé y dos perlas literarias de su autoría, “Fútbol delivery” y “Del diario íntimo de un chico rubio (y otras historias futboleras)", todo esto sumado a la vasta experiencia que otorgan 30 años en el medio.
- ¿Cómo fueron tus comienzos en el periodismo deportivo?
- A los 19 años me inicié en una revista de boxeo, Cuadrilátero. Toqué timbre, dije que quería ser periodista, me tomaron una breve prueba, y quedé. Viajaba todos los días desde Berisso. Un año después empecé a colaborar en la agencia de noticias Télam. Recuerdo perfectamente mi primer trabajo como cronista volante: tuve que pasar por teléfono las formaciones, los goles y las incidencias de un partido de Primera B, Almirante Brown y Argentino de Quilmes. Hablo de febrero de 1979.
- ¿Cómo te diste cuenta que querías ser periodista deportivo?
- Sucedió, y ya. Tenía unos cinco años cuando mi hermana Lilián me enseñó a leer y escribir tomando como base la revista Goles. Un buen día le dije a mi mamá: “cuando sea grande voy a ser periodista de esta revista”. Tres lustros después estreché las distancias entre la fantasía y la realidad: me llamaron de la revista Goles.
- ¿Cómo es trabajar en Olé?
- Es cómodo y es grato, además de un honor. En sus comienzos fui redactor especial, después fui editor, y desde 1997, cuando Víctor Hugo me llamó para ir a Radio Continental, soy columnista. En general me siento respetado, escribo en un formato que se corresponde con mi estilo, y aunque no comparto todo lo que hace o dice Olé, insisto, para mí es un honor ser parte de semejante aventura profesional.
- ¿Qué opinás del nuevo fenómeno de los blogs: amenazan o colaboran con el mundo periodístico tradicional? ¿Visitás alguno asiduamente?
- Le doy la bienvenida a todo lo que implique ensanchar el mundo de las ideas, por modestas que sean esas ideas. Los blogs, pues, forman parte de ese mundo. ¿Si amenazan o colaboran? Las dos cosas, pero depende de qué blog hablemos y de que mundo periodístico tradicional hablemos. No visito ninguno en particular, lo hago rara vez, pero los tengo en cuenta. La gran pregunta, en todo caso, no es qué hacen los blogs conmigo sino qué hago yo con los blogs.
- ¿Qué opinás de la salida prematura de jóvenes jugadores que, aún sin experiencia en sus clubes, usan artilugios legales para pegar el salto al exterior?
- Hay en danza cifras de montos obscenos. Hay, también, una inquietante tendencia al lucro inmediato, contante y sonante. El mundo va para ese lado. El fútbol va para ese lado. El pibe con edad de novena quiere irse cuanto antes, pero antes que él quieren que se vaya su papá, su mamá, su hermano, sus primos, y sus amigos, y los amigos de sus amigos. No me gusta, me hace ruido, no lo fomento, pero esa bola de nieve es descomunal.
- ¿Por qué pensás que el mercado de pases del fútbol argentino se ha encarecido tanto?
- Por aquello de los montos obscenos. Hay una saturación de oferta y una saturación de demanda, lo que no hay es lógica, porque la lógica depende de factores múltiples y complejos, cuando no caprichosos. De última, el jugador vale lo que pueden y quieren pagarlo.
- ¿Qué jugador pensás que puede ser el que le dé el salto de calidad a la albiceleste desde la salida de Diego Armando Maradona?
- Messi, naturalmente. Pero, como enuncia la pregunta, “puede ser”. De momento no es más que una posibilidad.
- ¿Por qué la Selección no ha conseguido ningún título significativo en los últimos años?
- Porque le faltó de todo un poco y siempre lo decisivo. A veces determinación, a veces inspiración, a veces la mano del entrenador y, por lo general, lo que suelo llamar “jugadores Copa Davis”. Guerreros. Gente que con la albiceleste rinda un poco más. Hace rato que aun los mejores jugadores argentinos con la albiceleste suelen rendir un poco menos.
- ¿Qué opinión te merece la gestión Grondona al mando del fútbol argentino desde hace ya 29 años? ¿Debería haber una renovación?
- Salvando las consabidas distancias, Grondona en la AFA es equivalente a Fidel Castro en Cuba: lo mejor... y lo peor. Lo mejor, claro, lo hizo allá lejos y hace tiempo. Urge la renovación, pero algo hacen los clubes y algo hacen (o no hacen) los dirigentes que lo critican puertas afueras de la AFA, para que Grondona siga tan campante.
- ¿La violencia en el fútbol responde a cuestiones sociales, culturales o políticas? ¿Puede erradicarse definitivamente de las canchas del fútbol argentino?
- La violencia en el fútbol responde a cuestiones sociales, culturales y políticas, en el orden que se prefiera y en grado superlativo, pero añadiría un elemento no siempre contemplado: la llamada violencia en el fútbol no sería posible sin una monstruosa cadena de complicidades al interior de fútbol mismo. ¿Si podría erradicarse? Como poder, se podría, pero no me consta que haya una decisión genuina de acometer esa empresa. En una punta el Estado hace mutis por el foro, en la otra punta el hincha presuntamente bueno le pide autógrafos a Rafa Di Zeo, y en el medio se cuecen las habas de las buenas intenciones sin gravitación real, de la conveniencia y de la hipocresía, cuando no del Pilatos.
- ¿Qué opinás del nuevo rol fundamental que ocupa el mercado en el mundo del fútbol actualmente? ¿Han pasado los futbolistas a ser meros productos del nuevo sistema?
- Hace veinte años hablábamos del mercado en el fútbol y hoy hablamos del fútbol (lo que queda del fútbol) en el mercado. Se trata, a la vista está, de un imponente triunfo del mercado y de una clamorosa derrota del fútbol. La segunda pregunta es retórica: está respondida con su sola formulación. Tampoco me gusta eso, por cierto, pero el fútbol y los futbolistas siguen gozando de una extraordinaria capacidad de hacer germinar la belleza en los peores pantanos.
- ¿Cómo ves al momento que pasa el periodismo deportivo argentino en la actualidad? ¿Hay cantidad o calidad?
- Estamos en plena crisis: mucha clave farandulesca, mucho tono fierita, mucha información sin contraste, sin interpretación y sin opinión sustanciosa, y encima poco apego por el buen castellano y mucha condescendencia con cualquier aullido de la moda. Pero, en efecto, hay de todo. En esa misma bolsa también constan los periodistas idóneos de verdad, los que pretenden ser cada día mejores, los que no se creen Brad Pitt porque les piden autógrafos y, en suma, los que no confunden éxito y fama con prestigio.
Nota por: 8mentiroso
Editada por: Román