El clásico de Avellaneda encuentra, una vez más, a sus dos protagonistas en un momento negativo. Pero claro, dentro de lo negativo las diferencias entre uno y otro son casi abisamles.
Para hablar de los problemas de Racing, no se sabe por donde arrancar debido a la infinidad de conflictos que sufre el elenco de Llop: un equipo sin rumbo, una situación delicada en cuanto a los promedios y, sobre todas las cosas, una debacle institucional alarmante. Tan alarmante que, tal vez, los propios responsables de conducir a la Academia no son conscientes de la importancia de dichos problemas y actúan erroneamente a la hora de tomar decisiones que implican el uso del sentido común.
En cambio, el aspecto negativo en Independiente pasa pura y exclusivamente por lo futbolístico, y tiene que ver con la reciente e injusta eliminación de la Copa Sudamericana a manos de Pompei y Estudiantes. El equipo de Borghi se quedó con el sabor amargo y la bronca natural que conlleva el perder un partido que se tenía controlado y en el cual se vio claramente perjudicado por el arbitraje: la omición de un claro penal en perjuicio de Pusineri en el último minuto.
Pero tampoco es para tirar manteca al techo, ya que el nivel futbolístico no fue el más regular y el desorden ha reinado en gran parte de los partidos disputados por Independiente. Quizás, el primer tiempo en Avellaneda frente a Estudiantes y parte del segundo contra el mismo rival fueron los picos más altos de Independiente en esta temporada que se inicia.
En cuanto a las frias estadísticas (?), el historial dice lo siguiente: En la era profesional jugaron 171 partidos, con 64 victorias de Independiente (273 goles), 46 de Racing (232 goles) y 61 empates.
Independiente mantiene una racha de 6 partidos sin derrotas ante Racing Club. En tanto, los últimos tres partidos culminaron con un empate.
Si bien las ganas de llevarse el clásico están a flor de piel como en cada edición de los mismos, por el lado de Racing no se ve con malos ojos un empate que impida el caos que provocaría una derrota ante el rival de toda la vida.
En contraposición, en Independiente aseguran que solo sirve el triunfo y que saldrán al verde cesped con esa idea en la cabeza.
Para hablar de los problemas de Racing, no se sabe por donde arrancar debido a la infinidad de conflictos que sufre el elenco de Llop: un equipo sin rumbo, una situación delicada en cuanto a los promedios y, sobre todas las cosas, una debacle institucional alarmante. Tan alarmante que, tal vez, los propios responsables de conducir a la Academia no son conscientes de la importancia de dichos problemas y actúan erroneamente a la hora de tomar decisiones que implican el uso del sentido común.
En cambio, el aspecto negativo en Independiente pasa pura y exclusivamente por lo futbolístico, y tiene que ver con la reciente e injusta eliminación de la Copa Sudamericana a manos de Pompei y Estudiantes. El equipo de Borghi se quedó con el sabor amargo y la bronca natural que conlleva el perder un partido que se tenía controlado y en el cual se vio claramente perjudicado por el arbitraje: la omición de un claro penal en perjuicio de Pusineri en el último minuto.
Pero tampoco es para tirar manteca al techo, ya que el nivel futbolístico no fue el más regular y el desorden ha reinado en gran parte de los partidos disputados por Independiente. Quizás, el primer tiempo en Avellaneda frente a Estudiantes y parte del segundo contra el mismo rival fueron los picos más altos de Independiente en esta temporada que se inicia.
En cuanto a las frias estadísticas (?), el historial dice lo siguiente: En la era profesional jugaron 171 partidos, con 64 victorias de Independiente (273 goles), 46 de Racing (232 goles) y 61 empates.
Independiente mantiene una racha de 6 partidos sin derrotas ante Racing Club. En tanto, los últimos tres partidos culminaron con un empate.
Si bien las ganas de llevarse el clásico están a flor de piel como en cada edición de los mismos, por el lado de Racing no se ve con malos ojos un empate que impida el caos que provocaría una derrota ante el rival de toda la vida.
En contraposición, en Independiente aseguran que solo sirve el triunfo y que saldrán al verde cesped con esa idea en la cabeza.