La pulseada entre las barra bravas y los clubes siempre parecen que tuvieron como vencedor a los primeros...
Hace dos fechas, Godoy Cruz enfrentaba a Arsenal en el estadio Malvinas Argentinas (estadio mundialista, no es el estadio de Godoy Cruz que es el Feliciano Gambarte) y como la dirigencia del equipo mendocino no había cumplido las exigencias de la barra brava (más entradas gratis, micros y 40.000 pesos mensuales), ésta había amenazado en el transcurso de esa semana con provocar la suspensión del partido. Quedó grabado en las estadísticas que el partido duró solo 17 minutos, ya que un centenar de hinchas, por llamarlos de alguna manera, quisieron entrar en una avalancha sin entrada, la policía naturalmente reaccionó y luego vinieron los gases lacrimógenos. Yo tuve la oportunidad de ir a ese estadio algunas veces y la cancha es un pozo literalmente. Por consecuencia, todos los gases fueron a parar al campo, ahí fue cuando se dijo basta, incluso Enzo Pérez, jugador del Expreso cayó al suelo anonadado por los gases.
Es increíble, Mendoza no tiene un equipo en primera desde hace casi 30 años (al Nacional 74 fue la última clasificación a la máxima división de Godoy Cruz) y los supuestos seguidores del equipo peligran la permanencia en la misma.
Lo curioso fue lo que declaró el director técnico del Tomba: Juan Manuel Llop. Él no tenía, ni tiene ninguna intención de negociar con los barra bravas.
Aquí se pueden barajar tres posibilidades: O los hinchas de Godoy Cruz tomaron actitud de hinchas de primera división y exigen tales cosas y a partir de ahí el club deberá acomodarse a las exigencias y no al revés, o Godoy Cruz está tomando una actitud, que parece ejemplar cuando no debería serlo, sino una obligación, para con los barra bravas, de no obedecerles. O por último, el Tomba tiene tan poca experiencia de primera división que no tiene idea de cómo se manejan las relaciones hinchas – institución (aunque esta posibilidad parece un disparate ya que todos saben acerca de los beneficios de las barra bravas).
Personalmente me inclino por la primera, ya que es obvio que en todos los equipos existen tranzas, pese a que no se admitan públicamente (en algunos casos salen a la luz el tema de entradas gratis).
Tuve la oportunidad el año pasado de entrevistar al presidente de Vélez Sarsfield Álvaro Balestrini, y si bien la nota se centró en el hecho de que se le nombra como uno de los únicos posibles reemplazantes (si no es el único) de Julio Grondona en la presidencia de la AFA, en un momento pude hacer referencia al tema de las tranzas con los barras, y si bien no lo dijo literalmente, dio sumamente a entender que existen, y no queda otra que darles lo que piden, aunque después aclara que entradas si, pero dinero nunca. (Pronto subiré el audio de la entrevista).
Ahora en esta semana pasó lo que pasó en River, no tiene mucho caso nombrar que pasó ya que se sabe todo, pero sobresale que una de las posibilidades por las que pasaron estos hechos delictivos no son por el mal momento futbolístico del equipo, sino porque hay una parte de la barra brava que está separada de "Los borrachos del tablón" y también exigen entradas, viáticos y dinero mensual, y así de a poco desplazar a la barra brava actual.
Y esto es cosa de todos los años, los otros grandes también pasaron por estas situaciones, aunque más alejadas a lo que es la petición de condiciones. En Boca el Mono Navarro Montoya se encontró con las gomas tajeadas luego de un entrenamiento posterior a un superclásico en el que intercambió la camiseta (el buzo en su caso) con Enzo Francéscoli (las gomas de la camioneta del Príncipe también corrieron la misma suerte). Racing, como San Lorenzo hace pocos años recibieron visitas en las concentraciones y en los entrenamientos cuando las cosas no marchaban de la mejor manera, que en la mayoría de los casos derivaba en la renuncia de los directores técnicos, como si eso los fuera a sacar campeones. Y podría estar horas nombrando ejemplos...
Veremos que pasa con Godoy Cruz que en esta fecha vuelve a jugar de local. Y aunque suene proselitista, esperemos que la paz reine.
La pulseada entre las barra bravas y los clubes siempre parecen que tendrán como vencedor a los primeros...
