El día que no dió para más

| jueves, agosto 31, 2006


Vamos a lo que ocurrió ayer en el partido que Lanús le ganó a Vélez por 2-0, por la Copa Sudamericana.
Se enfrentaban dos equipos con bastantes problemas: un Lanús que no había demostrado un buen fútbol en las fechas anteriores, y que parecía haber olvidado todo lo que hizo en el campeonato pasado. Por el lado de Vélez, un equipo que de estar en transición, pasó a estar destruido espiritualmente (?) y sin respuestas, pero que trataría de levantar cabeza en la única Copa que le faltaba a sus vitrinas.
Como resumen del partido, poco hay que decir. En el primer tiempo Vélez manejó la pelota con total intrascendencia, sin aproximarse siquiera al arco (más allá de algún remate que estalló contra el póste izquierdo de Bossio y que lanzó Escudero, de buena actuación). Lanús, por su parte, le temía al gol de visitante y, sin desordenarse, esperaba para dar el zarpazo. Así se fue el primer tiempo, con sabor a nada. En el segundo tiempo, Archubi, luego de un cabezazo al área chica (proveniente de un córner) puso al Grante en ventaja. A raíz de esto, Vélez se desesperaba, y dejaba espacios en el fondo: lo tuvo Aguirre con un buen remate cruzado pero tapó bien Sessa. Cuando nada podía ser peor para Vélez, llegó la estúpida auto-expulsión de Castromán (hacía 20 minutos que estaba dentro de la cancha) que dejaba a Vélez con 10 hombres. Las razones de esta expulsión no son claras, se sospecha algún exceso verbal. La realidad es que cuando Russo le pidió la explicación a Lunati acerca del motivo de esa sanción, Lunati respondió "Por pelotudo" (ni más ni menos que eso). Si el árbitro hizo bien o mal en decir una cosa así, se podrá discutir en otra ocasión. Aquí empieza la novela: cuando el Gato Sessa observa esta expulsión, se enfurece y en sus labios se lee algo así como "hay que cagarlo a trompadas a ese pelotudo" (y no estaba hablando de Lunati precisamente). Pegadito a la expulsión, desde un lateral, Fabbiani la baja claramente con la mano (alevosamente), tira el centro atrás y es el segundo gol de Lanús. A esta altura, Vélez era un manojo de nervios y no encontraba espacios. Así se fue el partido, con un Lanús contento con la victoria (y con razón) y con un Vélez que no demostró absolutamente nada de actitud, ni de amor propio, y que llegó a los últimos minutos caminando, en vez de ir a buscar el resultado.
Nota aparte: como hincha de Vélez va esto. Dirigencia de Vélez, esta vez se equivocaron y fiero. No se le puede renovar el contrato (millonario por cierto) a un jugador que crea problema tras problema en el vestuario; un jugador que se borra cuando el equipo más lo necesita; un jugador que no ofrece respuestas; un jugador que se lesiona constantemente; un jugador que volvía porque en Europa no lo querían (ni más ni menos que eso); un jugador que hizo salir a 2 piezas fundamentales del equipo sólo por caprichos. Basta de Lucas Castromán. Basta de sus caprichos, basta de sus histeriqueos, basta. No se puede tener a un jugador así en el plantel, no sirven. El Gato estuvo bien en ir a buscarlo al final del partido, en la manga? Sí, totalmente. Y no soy partidario de las locuras de este personaje. Pero esta vez demostró más sangre que un tibio tibio Castromán.