Desde hace meses nos vienen taladrando, desde cualquier programa televisivo o radial de deportes, con el futuro de Juan Román Riquelme. Un día, la novedad es que el volante va a pasar al Milán. Otro día, la novedad es que vuelve a Boca. Al día siguiente, esto se descarta por "razones económicas", Riquelme mete presión ante las cámaras de nuestro país con el famoso "juego gratis" engañoso y el ¿ex? enganche de la Selección pasa a estar casi al lado de Maxi Rodríguez y de Leo Franco en un abrir y cerrar de ojos. Esto se viene a pique, y se vuelve a reflotar lo de Boca. Macri sale a decir que es imposible, y su futuro...su futuro sigue en donde empezó: el Villarreal. Porque Juan Román Riquelme, ya lo ha aclarado antes, no tiene la más ligera intención de resignar un solo euro de su contrato. "Al fin y al cabo, es su trabajo" dirán algunos.
De ser ese tipo fundamental que a las semifinales de la Champions League a un "club de barrio" como el Villarreal (el poderoso en esa zona es el archi-conocido Valencia) pasó a errar el penal que podría haber cambiado la historia, y a comenzar una temporada 2006-2007 de la peor manera. La falta de actitud, la "pérdida de privilegios", las pocas ganas de entrenarse y hasta se llegó a tirar la posibilidad de que el jugador escuchaba las charlas técnicas de su ahora enemigo acérrimo, Pellegrini, con los auriculares del mp3 puestos. La frutillita del postre: en ese verano argentino e invierno europeo del año 2006, todos los jugadores debían volver el 29 de diciembre, y el argentino volvió el 2 de enero "como todos los años", diría él luego.
Lo cierto es que la situación de Juan Román Riquelme, este jugador que supo hacerse ídolo en el club xeneixe, ahora es cada vez más clara: el jugador quiere cobrar todos los euros que le prometieron en su contrato, y está decidido a perder 6 meses (o el tiempo que sea) sin jugar para ningún club, resignando su posible vuelta a Boca. ¿Resignando? Opiniones divididas si las hay. Algunos piensan que la decisión de Riquelme es la más lógica del mundo, ya que, si debe convivir con una dirigencia y un técnico que lo desprecian constantemente (aunque el sentimiento sea mutuo) por qué no hacerlo obligándolos a que le paguen la totalidad de su contrato. Otros, más viscerales, entienden que si tanto el volante quería venir a Boca, incluso llegando al extremo de presionar a la Comisión Directiva encabezada por Mauricio Macri ("páguenme 9.000.000 de euros y les juego un año más", como si estuviera de oferta en las mini cuotas Ribeiro, cuando en el último año de ese supuesto contrato el jugador tendría 30 y largos). también debía hacer su parte y resignar una parte grande de su sueldo. Para decorar toda esta situación bastante particular, comienzan a surgir los rumores de que el técnico (por ahora) de la Selección Argentina, Alfio Basile, estaría pensando en seguir convocándolo a la Selección pese a no tener equipo (un claro privilegio más, que no tuvieron ni Saviola, ni Carrizo, etc).
En fin, la historia Riquelme parece que tiene punto final...por lo menos, hasta el próximo mercado de pases (?).