
La hechicera los recibió en su casa y luego de las presentaciones y preguntas de rigor, solicitó la numeración de las camisetas de los jugadores que actuaban habitualmente en el equipo. Los fue escribiendo en papelitos, uno a uno, luego los mezcló batiéndolos como una coctelera y los arrojó sobre la mesa. Miró, reflexionó, estudió el panorama que yacía sobre el mueble y dio su veredicto: El 14 trae mala suerte y si quieren salir de la mala, este número no debe ingresar a la cancha.
Hasta ahí, los párrafos anteriores podrían ser de un cuento de fútbol, de esos que están de moda últimamente. Pero no, lo narrado allá arriba es 100% real y sucedió en Argentina. Sus protagonistas: hinchas de Rosario Central que casi con desesperación acudieron a esta profesional de la brujería para que los ayude antes del clásico contra Newell´s. Creer ó reventar, el 14 no salió a la cancha ya que el jugador Imperiale quien es el que luce el número esta temporada no iba a jugar, y los canallas lograron su primer triunfo.
¿Qué pasará ahora con el pobre Imperiale? ¿Lo tildarán de mufa? Según lo averiguado, la yeta es solamente el número 14 y no quien lo utiliza y hasta Carlos Ischia ya se expidió sobre el tema diciendo que él es Católico y sólo cree en Dios. Aunque se supo también que los dirigentes canallas ya están estudiando pedir una venia de AFA para cambiarle el número de la camiseta a Imperiale.