Hoy, miércoles 4 de octubre, se produjo un hecho que no parecía ser tan extraño en River (al fin y al cabo, ya había sucedido) como la llegada fuera de horario de Ariel Arnaldo Ortega a los entrenamientos. Sin embargo, y sorpresivamente, el Burrito, así como entró al entrenamiento, salió a la media hora, luego de haber platicado (?) aproximadamente unos 30 minutos con Daniel Passarella y sus compañeros. A la salida, el ex jugador Mundialista habló con los periodistas e hizo expreso su deseo de tomarse unos días "para volver de la mejor manera". Al parecer, el Burrito últimamente habría tenido una serie de problemas personales (no especificados por el jugador) que habrían hecho mella (?) en su rendimiento deportivo. Ariel argumentó que necesitaba tiempo para estar con su familia y para tener un poco de tranquilidad en este "momento tan difícil" que estaba pasando.
A 4 días del Superclásico, la posible y casi segura ausencia de Ortega en el primer equipo de River se suma como factor negativo a la larga lista que ahoga a River últimamente: con una economía destrozada (aparentemente), un Presidente que lisa y llanamente huyó (y robó?), jugadores que no vuelven a ser los de antes luego de las lesiones (Farías, Falcao) y una defensa que hace agua (desde hace ya varios años) el presente del equipo de Núñez no es el mejor. Actualmente, los únicos puntos positivos para Daniel Passarella se encuentran en jugadores que están pasando un momento extraordinario, como Fernando Belluschi (que seguramente será vendido en los próximos meses) y un Pipita Higuaín que este campeonato se destapó a base de goles (cuyo porcentaje de su pase ya fue liquidado a mano de un grupo empresario, que escondió sus cuentas en un club de la Segunda División de Suiza) y extraña horrores a un jugador que le brindaba el total equilibrio en cancha, como lo era Mascherano (de pobre presente).