Idolos de Barro

| miércoles, octubre 18, 2006




"Al jugador de primera nada tengo que enseñarle por eso es jugador de primera" la frase pertenece a la saeta rubia entrenador de otros tiempos, tiempos aquellos en donde le fútbol, quizás era mas parecido al fútbol que los románticos quieren que regrese, tiempos aquellos en donde era raro ver a un jugador debutando a los 15 años, ídolo a los 17 y vendido casi al poco de cumplir los 18. Ídolos de barro diría el escritor. Nada queda de aquella época donde el entrenado hacia trotar al equipo mientras se tiraba a dormir una siesta al sol, nada queda de aquellos equipos que se recitaban de memoria como un credo, donde las jugadas pasaban del boca en boca, porque aquella fue época de tradición oral, del gol que comenzaba gambeteando a dos y no terminaba de gambetear hasta que llegaba al ultimo rincón de la Republica, goles de voces roncas y emotivas que surgían de las bocinas de las radios hasta convertir el partido en una proclama, en un grito apasionado donde las plateas buscaban en los sombreros el resguardo de aquellas imágenes no fuera a ser cosa de que se olvidaran de contarla en el bar durante la semana una y otra vez.
¿Y hoy, que queda la frase de Don Alfredo? ya no suena tan feliz cuando uno se topa con niños que no saben marcar jugando en primera categoría, que no imponen el volumen de juego sobre la propia capacidad, la frase suena vacía cuando se enfrentan delanteros y defensores que se desconocen por completo, ya no hay duelos entre caballeros, ya no existe la rivalidad como tal sino una anodina defensa de colores que van perdiendo el lustre poco a poco hasta vivir de recuerdos de un pasado que fue mejor. La mística la formaron antes, los apodos se formaron antes, los goleadores históricos, los jugadores con mas presencias, los goles inexplicables todo parece pertenecer al ayer.
¿Que nos queda entonces? resuena fuerte la frase del DT (hoy en newell's) que dice "La Play les come la cabeza" el jugador de fútbol ya no ve fútbol, no analiza al rival no sabe si a tal o cual jugador le gusta jugar por afuera, por adentro, si engancha en diagonal para pegarle de zurda o si por el contrario le gusta descargar e ir a buscar; y es que son pocos los que entienden que le jugador en definitiva es un animal de costumbres (al menos el promedio) ante determinadas situaciones juega la segura, la que sabe que siempre le sale. Hoy los técnicos en su mayoría son formadores de niños y no entrenadores de hombres de todas amneras hay que respetarlo proque como dijo ese flaco rosarino con buena pegada y poca garra (segun el negro) "El jugador de primera por algo llega a primera"