Otra burrada

| viernes, octubre 06, 2006

El día Lunes los riverplatenses se enteraban que Ariel Ortega no concurría a la primer práctica de la semana previa al partido más importante del año, el superclásico. Luego de muchas búsquedas y especulaciones, finalmente el día martes el"Burrito" apareció por el lugar de entrenamiento, dió la cara frente a sus compañeros y cuerpo técnico durante media hora para retirarse siendo poseedor de una licencia por tiempo indeterminado.

Los rumores cuentan que el famoso problema personal que aqueja a Ortega no es otro que su dependencia al alcohol y que esta enfermedad ya no solo afecta su rendimiento profesional (que todos habían notado) si no que tambien contagia a todo su entorno familiar. No vamos a criticar o como se dice habitualmente "hacer leña del árbol caído" pero en torno a este problema me surgen algunas preguntas:

Una adicción de este tipo, no se logra de un día para el otro, entonces ¿Al momento de contratar a Ortega, ningún dirigente de River Plate sabía de este problema? ¿Nadie averiguó, investigó o se informó de los últimos acontecimientos de la vida privada del jugador? Y el mismo Ortega, sabiendo de su condición ¿no fué capaz de informarlo, de decir "quiero jugar pero tengo este problema"? ¿Qué grado de culpa tiene Pasarella en todo esto? Al rogar por que trajeran al jugador al club, ¿no sabía lo que le ocurría? La obligación de los dirigentes es tratar de formar el mejor equipo posible sin dilapidar o malgastar los recursos con que se cuentan. Y la realidad de River nos muestra que no están para despilfarrar los millones de pesos que se pagarán por el pase del jujeño que ahora estará inactivo quien sabe por cuanto tiempo, por lo tanto, pienso que estamos ante otro hecho de falta de jerarquía dirigencial en el club millonario...una burrada más y van.

En el año 1990 un debutante Pasarella marginaba del plantel superior a Sergio Batista por enterarse de su adicción a la cocaína y unos años más tarde implantaba la obligación de hacerse rinoscopía a los integrantes de la selección nacional. ¿Que hará a partir de este problema? Tal vez en los próximos días lo veremos esperando la llegada de sus jugadores al predio de entrenamiento, con un aparatito en la mano, obligándolos a soplar: