Es EL diferente

| viernes, noviembre 02, 2007


No hay vuelta que darle, señores, David Nalbandian es único. Lo tildan de fiestero, lo tildan de "gordito", lo tildan de mujeriego, y el SEÑOR, con todas las letras, sigue demostrando que es uno de los tenistas con mayor peso en la historia argentina. El que conoce de tenis sabe que no hay otro jugador, que no sea Nalbandian, capaz de llegar a ser el Nº 1 del mundo o siquiera de pelearle el puesto a Federer. Por cabeza, por carácter, por ímpetu, por tenis, y fundamentalmente, por el hambre que tiene. Nunca lo van a ver haciendo espamento (?) inventando lesiones, buscando compasión (?) o llorando por dópings inexistentes. El nacido en Unquillo siempre se caracterizó por aparecer en los torneos grandes y las difíciles, y esta no fue la excepción. En menos de 10 días le ganó al 3º y al 2º del mundo, para ganarle luego a Roger Federer, Nº 1 indiscutido del ranking, y ayer volver a derrotarlo. Sólo un tipo con la cabeza de Nalbandian puede hacerlo, en medio de rally, mujeres, comida (?) y demases yerbas. Esta vez fue en dos sets, 6-4 y 7-6 (3), después de 100 minutos en la superficie sintética color polvo de ladrillo del torneo que reparte 2.082.500 euros. Y vale aclarar que, momentos antes de salir a la cancha, debido a la victoria de Murray, se le comunicó a Nalbandian que no iba a tener chances de entrar directamente al Masters de Shangai. ¿Lo habrá deprimido esto? Parece que no...