Juguemos a la mancha...

| jueves, marzo 26, 2009


Varias veces desde este espacio me he referido a la magra tarea que realizan los periodistas deportivos argentinos al momento de desarrollar su profesión. Que se mueven pura y exclusivamente en base a intereses económicos, que son amiguistas, que no se juegan por una u otra opinión, o simplemente que son malos a la hora de ser los interlocutores de las noticias deportivas. Sin embargo, he descubierto en estos últimos días que hay algo mucho más triste que todas estas posibles críticas: la falta de inventiva o de imaginación.

Es notable como se fue gestando un fenómeno periodístico en este último tiempo de a poco, sin levantar la perdiz, pero potenciando al máximo una característica común del periodismo a lo largo de la historia. Es cierto: siempre existió y no es una novedad. Lo increíble es que, a esta altura, es la única forma pareciese ser en la que funciona el periodismo, no tiene variantes. Me estoy refiriendo a esta forma que tienen los programas radiales, televisivos, medios gráficos, en fin, todo el aparato en sí, de manejarse: en manada. Parece ser que no hay otra noticia más importante o, mejor dicho, que directamente no existe otra noticia que no sea la más popular durante el día. El hecho de que todos los medios vayan a una noticia en particular siempre pasó. Lo preocupante es que los interlocutores de las noticias ya no encuentran ni saben desarrollar variantes para esa misma noticia, y la van repitiendo una y otra vez hasta hartar al espectador. En su momento fue Fabbiani (lo sigue siendo), después fue la disputa mediática entre Maradona-Riquelme y hoy por hoy el tema en cuestión es la rápida desvinculación de los técnicos y la falta de proyectos a largo plazo. Es un círculo vicioso: siempre van a lo mismo. Esto no sería tan grave si pasara durante una jornada en particular y al día siguiente el enfoque mutara, pero no es así. Siguen exprimiendo y re-exprimiendo una noticia que no tiene más para dar, y terminan repitiéndose entre sí, logrando entrar en un juego que casi "implora" que se generen rumores, mentiras y demases para poder seguir vendiendo y lucrando con esa misma noticia. Atrás quedaron los tiempos en los cuales se hablaba de fútbol puntualmente, en donde se discutía la táctica, en donde se daban las discusiones casi filosóficas entre el estilo menotista y el bilardista, entre el catenaccio y el jogo bonito. Hoy lo que vende (pareciese ser) es apuntar todos los cañones a una misma noticia y aburrir repitiéndola una y otra vez.

¿Es culpa de los periodistas? ¿Es culpa de la tecnología y su aplicación masiva en los medios? No se sabe con certeza. Lo que sí es claro es que el periodismo deportivo cada día es un poco más triste...