Sabido es que, en el fútbol argentino, todo puede pasar; es un mundo aparte. Técnicos que abandonan equipos bajo condiciones que, se saben, son imposibles para los dirigentes; los mismos técnicos que utilizan esta excusa para ir luego a equipos grandes en crisis; jugadores que por un puñado de billetes se van a jugar a Moldavia; dirigentes que están metidos en chanchullos con figuras de la política; barras que manejan los clubes, etc. Aunque no en tan grave medida, lo de Huracán preocupa.
Ayer Huracán, con la victoria oportunista pero victoria al fin sobre Vélez Sarsfield, logró sumar la espectacular cantidad, para un recién ascendido, de 30 puntos, la cual lo deja un poco más tranquilo de cara al próximo torneo. Sin tener demasiados jugadores de buen pie (se pueden mencionar Sánchez Prette, Franzoia, Coyette, entre otros) sus jugadores se mataron dentro del campo de juego durante todo el torneo y demostraron que quieren seguir en Primera, que hay equipo, que se puede. Sin embargo, los dirigentes de esta entidad de Parque Patricios siguen dando que hablar, y siempre para mal. Ardiles, apenas finalizado el encuentro, cumplió con sus "amenazas" y renunció a la dirección técnica del Globo. Al parecer, todo se basaría en problemas económicos, según Babington, los cuales Ardiles desestimó pero tampoco aclaró demasiado. Básicamente, el Pitón centró sus críticas hacia Carlos Babington en cuestiones como el nulo pago del pasaje desde Inglaterra, el hotel desde los primeros 15 o 20 días y el atraso con sueldos de octubre y noviembre. A su vez, lanzó frases del estilo "no cumplieron con nada de lo pactado" (siempre misteriosas, siempre poco claras), "la actitud del Presidente me decepcionó" y aclaró que él es libre, actualmente, de decidir respecto su futuro, sea en Racing o sea "en cualquier otro club del mundo". Entre otras cosas, esto viene a relucir porque Babington lo había acusado de estar analizando una posible oferta de Racing y utilizar todo este clima turbio que enrareció la buena campaña de Huracán para poder asumir en el club de Avellaneda.
Uno no se inclina a favor de una posición o de la otra, porque todo está poco claro (Ardiles que basa su vida en el dinero; Babington que sale a hablar en los medios a incinerar a Ardiles y que se come al segundo técnico de su gestión) pero es cuanto menos extraño que en un club donde los logros deportivos fueron tan altos, existan tantos problemas dirigenciales...