En una final esperada por muchos argentinos (la mitad más uno, precisamente (?)) y luego de pasar la noche en velo, millones de hinchas boquenses tuvieron que sufrir la derrota de su equipo, Boca Juniors, a manos del gigante de Italia, Milan. El resultado fue 4-2 en favor de los de Ancelotti, con goles de Inzaghi (x2), Nesta y Kaká, mientras que los goles de los dirigidos por Miguen Angel Russo (¿seguirá?) fueron de Palacio (de excelente partido) y de Ambrosini en su propio arco.
En un resumen somero del encuentro, se puede decir que, a grandes razgos, el partido fue parejo. Sin embargo, la diferencia se dió sobre el final, donde la grandeza del último campeón de Europa floreció, y donde Palermo y compañía no tuvieron respuestas para contrarrestar el aluvión rojinegro (?). La diferencia del partido, sin dudas, la marcó el mejor futbolista actual del planeta: el brasileño Kaká. Con su velocidad, con su picardía y sus habilitaciones de lujo logró desdibujar a la defensa boquense, y llevar a su equipo hasta la victoria (siempre (?)).
De ahora en más, disfrutaremos en los diferentes pasquines miles y miles de páginas sobre la continuidad o no del ex técnico de Estudiantes de la Plata, Vélez y Central (entre otros); sobre lo que hubiese pasado o no con J. R. Riquelme en cancha; sobre como fue bombeado Boca (?); sobre la magnificencia de Kaká para jugar al fuchibol; en fin, sobre el fútbol nuestro de cada día...