La llegada de Carlos Ischia a Boca Juniors tiene las características del típico caso del "hijo de..." pero reformulado para convertirse en un caso de "amigo de...". Es claro que el ex técnico de Rosario Central y Vélez Sarsfield, entre otros, no fue elegido por Pompilio y compañía basándose en los éxitos deportivos que tuvo como entrenador. Basta repasar algunos datos: en Central lo hicieron renunciar; en Gimnasia LP lo hicieron renunciar; en Vélez, a pesar de haber peleado un campeonato con muchos pibes en el 2004 (saliendo tercero, detrás de Boca y River) tuvo una salida bastante complicada luego de perder 8 partidos seguidos. A nivel internacional, no es un entrenador con renombre. A nivel interno, es uno más del montón. Entonces: ¿por qué Carlos Ischia será el nuevo director técnico del club de la Ribera?.
La respuesta es simple: estudió con Carlos Bianchi. Uno de los errores más comunes a la hora de analizar la capacidad de las personas en nuestro fútbol es dar por sentado que solo por el hecho de haber trabajado junto a tipos talentosos, uno se contagia del talento mismo. Esto no sólo que no es verdad sino que es una vil mentira (?). Que Bianchi haya sido un tipo metódico, quisquilloso, analista al 100% no es algo que asegure que su ex colaborador lo será. Que Bianchi haya jugado con un 4-4-2, no dice nada sobre la formación táctica de los equipos de Ischia (Vélez y Gimnasia LP, de hecho, jugaron con línea de 3 bajo su conducción). Que los equipos de Bianchi tengan ese "no sé qué" que los hace superiores al resto, no es análogo al futuro equipo del ex lacayo del Virrey. En síntesis: la dirigencia de Boca, luego de habérsela jugado al no renovarle el contrato al último técnico campeón de la Copa Libertadores (Miguel Angel Russo) y de instalar una "novedosa forma de trabajo" como es elegir al cuerpo técnico que acompaña al entrenador principal desde la dirigencia ("en Europa los clubes más importantes lo hacen", argumentó Pedrito) pasa a realizar una nueva apuesta con un técnico que, en pocas palabras, es "uno más", y cuyo único pergamino es haber sido "amigo de" Carlos Bianchi. ¿Existe algo menos lógico que esto?. Uno, sinceramente, no puede imaginar esta situación en el caso de que la Presidencia de uno de los clubes más importantes del mundo estuviese en manos de un señor como Mauricio Macri. Multicampeón como dirigente con Boca, el hijo del gran empresario Franco Macri siempre fue un tipo razonable, calculador, y sobre todo, tenía la característica de pensar en frío. En el caso de Pompilio, a simple vista, pueden verse decisiones apresuradas, sin ningún tipo de fundamento, y solo con el objetivo de dejar una marca, una impronta propia, de diferenciarse con su antecesor. Muchas veces, se dice, el único cambio que sirve es el que está destinado a mejorar algo. ¿Será esta la forma?.