La incentivación

| miércoles, noviembre 19, 2008


Recorriendo el mundo del periodismo deportivo online (?) si se quiere denominarlo así, me encuentro en un pasquín digital muy reconocido (más precisamente Olé) la siguiente frase: "No me quiero imaginar la plata que habrán tenido los jugadores de Newells. Nunca los ví correr así.". Esta frase corresponde a Cristian Tula, en relación a los jugadores del Leproso en el último encuentro disputado ante el Ciclón, que tuvo como resultado un 3-3 lleno de polémicas. Ahora bien: ¿hay alguna muestra más grande de impotencia que este tipo de comentarios?.

Durante mucho tiempo se ha hablado en el fútbol argentino (y en el resto de los deportes también, después de todo la naturaleza criolla no se circunscribe a un ámbito único como el deporte más hermoso del mundo) de la famosa "incentivación" y su asociación casi inmediata con el "soborno". Hay un sector del periodismo que se indigna al escuchar casos de la índole "el equipo A le dió al equipo B una suma de dinero importante para motivarlos un poco más y que le hagan fuerza a C". Sinceramente, ¿a alguien se le puede ocurrir que un equipo (léase: San Martín de Tucumán, a modo de ejemplo) que está peleando el descenso, puede hacerle mucha más fuerza a otro equipo (léase: Boca, a modo de ejemplo) por tener un dinerillo más?. Lo que dijo Tula suena aún más ridículo si tenemos en cuenta que Newells no anda divagando por mitad de tabla, con el orgullo por el suelo y sin nada por lo que jugar: Newells está cerquita. Entonces, una y otra vez, la frase de Tula retumba por la decadencia que dennota. El latiguillo futbolístico dice que "si querés ser campeón, le tenés que ganar a todos". Alguien se lo tendría que contar a Tula, que en lugar de mirar hacia adentro, y ver los horrores defensivos y el bajón anímico que tuvo el Ciclón, elige empezar a tirar frases "bomba" y meterle un poco de polémica para sacarse la presión. Un equipo puede ganarle a otro si está capacitado, no si tiene más o menos plata.

"ARTICULO 24º.- Será reprimido con prisión de un mes a tres años, si no resultare un delito más severamente penado, el que, por sí o por tercero, ofreciere o entregare una dádiva, o efectuare promesa remuneratoria, a fin de facilitar o asegurar el resultado irregular de una competencia deportiva o el desempeño anormal de un participante en la misma.
La misma pena se aplicará al que aceptare una dádiva o promesa remuneratoria, con los fines indicados en el párrafo anterior."

La ley lo dice extremadamente clarito: una cosa es "ir a menos" (claramente penado por la Ley del Deporte Nº 20.655) y otra lo comúnmente conocido como "poner un poco más". En lugar de quejarse, Tula debería "poner un poco más" y pensar un poco menos en la plata, un factor vital en su carrera deportiva...