Entrar a un estadio de estas dimensiones causa sensaciones diversas. Como sudamericano, la primer impresión es realmente fuerte. El tamaño es un factor determinante. También la accesibilidad a las instalaciones hace que quienes lo visitan se sientan cómodos. Solamente no permiten pisar el césped, pero como buenos argentinoos chamullamos al cuidador y nos dejó acceder por unos instantes.
El museo del club está dedicado en gran parte al suizo Joan Gamper (Hans Max Gamper Haessig), fundador del club allá por el 1899, uno de los primeros jugadores de la institución y posterior presidente.
A la izquierda hay una vitrina con la casaca del Diego (una de las pocas cosas que hay de él), la de Schuster y la otra del gran Cruyff.
Toda la visita (animación 3D, estadio y museo) cuesta 14 eurillos. Comparado con el Louvre a 9, todo es caro. El 3D consta de la grabación del partido entre Boca y Barcelona por la Copa Joan Gamper de principio del 2008, mediocre encuentro, pero quizás por razones de derechos no podrán exhibir algo mejor (o más competitivo). La idea es que uno se sienta dentro de la cancha entre los jugadores. Tiene sus momentos, pero en realidad hay que usar un tanto la imaginación para que suceda.
Lo genial de todo es que además de Xavi, Iniesta, Bojan, Silvinho y alguno más que me dan igual, pudimos ver al "Tiburón" como lo llaman en Catalunya, y no sólo eso, sino que como éramos los únicos tuvo que saludarnos y todo. Esa foto queda para mi colección privada, gente.