Uno se va, el otro vuelve

| martes, mayo 05, 2009


Tras una seguidilla respetable, el Gato da señales de vida y vuelve al ruedo precisamente en el momento en que su enemigo público (sospecho que no tanto en lo íntimo) hace pública su renuncia del tenis por falta de hambre competitiva. 

Siempre con una impronta infantil, se atrevió a decir que está recuperando de a poco lo que supo hacer allá por el 2004, momento en que jugó el mejor tenis de su vida, momento que lo vió coronarse en Roland Garros, siendo el segundo argentino de la historia en haber ganado un Grand Slam. 

La cruzada mediática de Gaudio por conseguir una Wild Card (pase libre sin clasificación) para París, exeptuando lo patética y obvia que es, puede finalmente darle resultado, pero si no está mentalmente dispuesto, de poco le va a servir. 

Los argentinos amantes del tenis sienten una gran emoción al ver regresar a uno de los más talentosos que haya visto este país. También es grande la vergüenza que genera tener a un representante de nuestra tierra y nuestra sociedad actuar como un chiquilín porque su revés no es tan fluído como otros días, o porque el rival no es de su jerarquía y le está haciendo partido. 

Ya a sus 30 años, Gastón debería ponerse los largos y enfrentar a sus oponentes independientemente de quien se trate como un hombre, perder como tal, y así, finalmente poder ganar como tal.