El Fair Play innecesario

| lunes, febrero 09, 2009


En la primera fecha de este Clausura 2009 que recientemente ha comenzado, se dio una situación particular, más precisamente en el encuentro que disputaron Godoy Cruz de Mendoza y Banfield. En la última jugada del partido, cuando el mismo se extinguía, Broggi se abalanzó sobre las manos de Ibañez, arquero de Godoy Cruz, y el árbitro pitó penal. Ante esta situación, el encargado habitual de ejecutar el mismo fue Cristian Luchetti, y el resultado fue un “pif”, despacio, abajo, al lugar en donde se había arrojado el guardameta local. Una vez retenida la pelota, en lugar de salir rápido e intentar ganar un partido que hasta ese momento estaba 1-1, Ibañez, haciendo caso omiso a las indicaciones de sus compañeros que le pedían que sacase rápido, decidió retener el balón y, basándose en la solidaridad entre colegas del gremio de los arqueros, esperar a que Luchetti llegase bajo sus tres palos.

Ahora bien, ¿qué nos enseña nuestro querido fútbol argentino año tras año? ¿Qué podemos ver en una situación casi tan particular como ridícula? Sin dudas, nos demuestra que los jugadores cada vez entienden menos del fútbol mismo, de sus códigos, de sus bases. Se han distorsionado tanto los conceptos, con toda esta modernidad del Fair Play, que hoy día malinterpretamos esta parte importante del deporte, y damos ventajas al rival. No haber sacado rápido no le otorgó al arquero de Godoy Cruz una cuota de respeto o de buena persona, sino que permite ponerle el mote de “boludo al por mayor”. Intentando aislar el contexto en el cual se dio esta situación, y la necesidad imperiosa que tiene el club mendocino para evitar el descenso o la Promoción (el día de mañana, si estos 2 puntos de más que pudieron ser y no fueron significan la diferencia entre quedarse en Primera o no, los hinchas recordarán con cariño a Ibañez, tal como lo hacen ahora algunos pseudo-periodistas en la TV) en cualquier caso esta situación es por demás absurda. Es claro que si un arquero, cuya función es evitar los goles en el arco propio, toma la decisión de ir a patear un tiro libre o un penal (como lo hacía el gran José Luis Félix Chilavert) éste asume el riesgo de tener una contra que pueda hacerlo perder el partido. Si es así: ¿en qué cabeza cabe que el arquero rival se “apiade” de un tipo que decidió correr ese riesgo? No entra en ninguna lógica. En todo caso lo lógico sería que, de errar el penal, el arquero que lo pateó se tiene que tirar a los pies del arquero que atajó el penal, haciendo un bello foul y evitando que la jugada prosiga. El día de mañana, si un central va a patear un tiro libre y la pelota pega en la barrera, quedándole al jugador rival, éste deberá esperar hasta que el primero retroceda y recién ahí empezar la debida contra. ¿Estamos todos locos?

No quiero hacer leña del árbol caído, y seguramente este chico Ibáñez sea una buena persona, pero me parece que esta actitud que tuvo no pasó tanto por ese lado sino por el lado de la ignorancia. Es cada vez más constante el hecho de que los jugadores entiendan mucho menos fútbol que antes, y esto se refleja en este tipo de actitudes, en donde creen ver códigos que no existen y que no existirán jamás, porque el fútbol es una competencia, y como tal, no puede valerse de solidaridad absurda o favores innecesarios, cuando se estan jugando el futuro y la plata del resto de los jugadores.

PD: Este humilde servidor piensa, incluso, que se le debería haber cobrado retención de pelota por haber tenido más de 6 segundos la pelota en sus manos. Solo para que escarmiente.