El Camp Nou

| lunes, diciembre 29, 2008


Entrar a un estadio de estas dimensiones causa sensaciones diversas. Como sudamericano, la primer impresión es realmente fuerte. El tamaño es un factor determinante. También la accesibilidad a las instalaciones hace que quienes lo visitan se sientan cómodos. Solamente no permiten pisar el césped, pero como buenos argentinoos chamullamos al cuidador y nos dejó acceder por unos instantes.

En ésta foto se pueden apreciar las 3 bandejas cubiertas del estadio, desde las cuales se ve perfectamente (según mis cálculos) inclusive con público, excepto desde las butacas que están cerca de las cabinas del periodismo que tapan 1 arco. Nadie es perfecto.

(Vista desde la parte más alta de la tercer bandeja)

Los bancos de suplentes, como se puede apreciar, están impecables y sorpresivamente, para alguien como yo, no tenían señales de piedrazos ni restos de butacas arrancadas de las tribunas. Muy peculiar.
Ah, si, está todo en català.


El museo del club está dedicado en gran parte al suizo Joan Gamper (Hans Max Gamper Haessig), fundador del club allá por el 1899, uno de los primeros jugadores de la institución y posterior presidente.
A la izquierda hay una vitrina con la casaca del Diego (una de las pocas cosas que hay de él), la de Schuster y la otra del gran Cruyff.
La sala de prensa es una discoteca, calefaccionada, con una barra, lcd's por donde mires y plena vista al estadio. Así cualquiera hace periodismo.
Impecable el vestuario visitante, desde una cálida iluminación hasta un sauna. Me recuerda al de Argentinos de Rosario.

Este autobús recrea una escena verídica donde grandes figuras del balón de la altura de Pelé visitaron el Camp Nou para conocerlo. Fácil reconocerlo para cualquiera que mire un poco de tenis.

Toda la visita (animación 3D, estadio y museo) cuesta 14 eurillos. Comparado con el Louvre a 9, todo es caro. El 3D consta de la grabación del partido entre Boca y Barcelona por la Copa Joan Gamper de principio del 2008, mediocre encuentro, pero quizás por razones de derechos no podrán exhibir algo mejor (o más competitivo). La idea es que uno se sienta dentro de la cancha entre los jugadores. Tiene sus momentos, pero en realidad hay que usar un tanto la imaginación para que suceda.

Lo genial de todo es que además de Xavi, Iniesta, Bojan, Silvinho y alguno más que me dan igual, pudimos ver al "Tiburón" como lo llaman en Catalunya, y no sólo eso, sino que como éramos los únicos tuvo que saludarnos y todo. Esa foto queda para mi colección privada, gente.