La hiperinflación futbolística

| domingo, septiembre 07, 2008


En el día de ayer, observando el partido de la Selección Argentina ante nuestros pares de Paraguay, y escuchando también los comentarios de Fernando Niembro, empezaron a sobrevolar en mi cabeza pensamientos bastante variados, pero sin una forma en particular, que me permitiese plasmarlos en un post determinado. Sin embargo, en la mañana del día de hoy, y durante mi recorrida habitual de varios blogs deportivos y también algunas ediciones online de los diarios más importantes, encontré una nota que me ayudó a identificar que era eso que sentía que estaba "podrido" y que no me terminaba de cerrar. En la nota, básicamente se erige como figura a Juan Román Riquelme en el partido ante Paraguay, destacando, entre otras cosas, su capacidad para habilitar a sus compañeros, para limpiar la jugada dando pases hacia atrás y lateralizando, y también su magnificencia para darle el pase a Messi, vital para el gol convertido posteriormente por el "Kun" Aguero.

Leer este tipo de notas nos da la pauta de qué es el periodismo argentino en la actualidad. Como ya varios periodistas deportivos de renombre nos comentaron en entrevistas anteriores(Marcelo Sottile, Walter Vargas, Hernán Castillo, Jorge Trasmonte) la calidad de los que se dedican al periodismo deportivo en Argentina ha mermado significativamente en el último tiempo. En algunos casos es falta de conocimientos, en otros los motivos que llevan a dedicarse al periodismo, pero fundamentalmente muchos destacan un factor clave: el amiguismo en el fútbol y en el periodismo en sí. Muchas veces tenemos la desgracia de escuchar, en un mismo partido, 20 o 30 elogios para un mismo jugador, que a veces justifica los mismos, y muchas otras veces (la gran mayoría) no lo hacen, y evidencian claramente que detrás de esos elogios se esconden otros factores, que se traducen en intereses económicos. Si este fenómeno que explicamos anteriormente sucediese esporádicamente, no tendría tanta notoriedad ni valdría la mención que aquí se hace, pero la realidad es que en los últimos 10 años se potenció a niveles desorbitados.

El gran exponente del amiguismo y de los intereses económicos en el periodismo deportivo es Fernando Niembro. Sin ningún lugar a dudas, él fue el que impuso en este último tiempo el estilo de endiosar a los jugadores, exagerar sus capacidades dentro del campo de juego, en síntesis, "inflarlos" como se dice en el barrio. En su currículum están, como notas salientes, los grandes aportes que hizo desde el micrófono de la radio y la TV para que Gago y Banega, entre otros, sean vendidos en millonadas, por ejemplo. Era bastante evidente la movida de prensa que se generaba, y hasta daba asco en algunos momentos. Ayer, sin ir más lejos, el colega de Mariano Closs suplicaba que se la dieran a Riquelme, que él era la cabeza fría del equipo (chistes aparte), que él era el elegido para crear fútbol, que él tenía las virtudes necesarias para dotar a la Argentina de agresividad en ataque. Es más, hasta se criticó a sus compañeros por no darle la pelota, cuando acá y en Pekín, el 10 la tiene que pedir y se tiene que hacer eje, no tiene que esperar recibir la pelota por arte de magia.

Muchos jugadores gozan del privilegio de estar "acomodados" por el periodismo deportivo argentino, que siempre les dan una mano, y casi nunca evidencian las carencias futbolísticas o de actitud en determinados partidos. Sin embargo, hay un jugador que tiene la "green card" para hacer y decir lo que quiera, jugar bien o mal, pero siempre tener su lugarcito en los diarios o TV o Radio en donde se lo va a endiosar. Sí, sabemos de quién estamos hablando: Juan Román Riquelme. Sabido es, y nadie puede negarlo, que posee características que en algún momento de su carrera lo catapultaron al éxito (en Boca es ídolo, por juego, y por títulos ganados también; en Villarreal anduvo bastante bien, llevándolo a una seminifinal de Champions League) y en otras lo obligaron a retornar al país a seguir con su carrera en menor escala o bien abandonar la Selección por deseos maternales. Todo esto amerita que se lo elogie cuando realiza buenos partidos, pero al ser un terrenal como todos nosotros, también debe ser criticado cuando no se desempeña bien dentro del campo de juego. Bueno, esto no sucede con el oriundo de tierras carentes de recursos económicos. El aparato mediático que existe para respaldar a Riquelme por momentos desafía la capacidad intelectual de los futboleros de alma como nosotros. Parecería ser que diciendo cosas bonitas (?) de un jugador constantemente se puede generar un cambio de mentalidad en las personas, de modo tal que comiencen a creer esas palabras y tengan una visión diferente de la realidad. Lo triste de esto, no sólo es que pasa constantemente, sino que muchas veces logran su cometido, y la gente empieza a repetir lo que lee, lo que escucha o lo que ve. El ejemplo más concreto que puede darse de periodistas partidarios de Riquelme (sí, ni de Boca, River o cualquier otro equipo: partidarios de un jugador o interés económico, léalo como quiera) es Horacio Pagani. Aquél que otrora fuese un periodista respetado en el medio, por su sapiencia deportiva (no sólo futbolística) y que actualmente ha caído al nivel más bajo de la denigración, luego de su pelea en las cámaras ante Alejandro Fabbri ( ver  http://www.youtube.com/watchv=LxfmlrMybIA ) hace ya varios años ha sido el abanderado de la cruzada "Pro Riquelme". Desde Clarín o bien desde "Estudio Fútbol", día a día nos enferma con las incoherencias que llega a decir del jugador de Boca, por momentos rozando la senilidad en sus dichos. Sin embargo, hay un periodista, Adrián Piedrabuena, que lo superó. Sí, así como lo escuchan, creer o reventar, una persona pudo ir más allá del límite de lo irrisorio, y escribió esto: http://www.ole.clarin.com/notas/2008/09/07/seleccion/01754926.html . Esta nota es ABERRANTE. Si alguno de los que lee nuestro querido blog está estudiando periodismo deportivo, le aconsejo leerla y releerla 4 o 5 veces, para aprender aquello en lo cual no hay que caer al ejercer la profesión. Es realmente repugnante ver tanto interés económico o amiguismo simplemente (¿a cambio de notas, tal vez?). Que se entienda: uno no está en contra de Riquelme, de Messi, de Tévez o de quien sea. Uno está en contra de estos aparatos mediáticos (no son otra cosa más que eso) que enferman la opinión pública y la contaminan. Es muy probable que si desde este lugar nosotros pusiésemos 1 nota alabando a "X" jugador, y este blog fuese un medio de comunicación masivo, algunas personas comenzaran a opinar igual. Es un fenómeno que no puede controlarse, se da así. Al parecer, esta gente busca eso. Lamentablemente, lo logra.

Así como muchas veces se endiosa a determinados jugadores, del otro lado del mapa tenemos a aquellos jugadores que son bastardeados cuando no se comportan como el periodismo o la opinión pública (contaminada, obviamente) quiere, y que no son lo necesariamente elogiados que deben serlo cuando hacen las cosas bien. El caso más reciente que se me viene a la mente es Lionel Messi. El jugador del Barcelona, en los días previos al comienzo de los JJOO fue criticado incesantemente por un sector del periodismo, que le pedía en forma enérgica que salga a enfrentar a su club, para hacer explícito su amor a la camiseta, y para hacer un acto de coraje y de valor patriótico. Nunca se aclaró que aquellos que le permitieron que hoy sea el jugador que es fueron los españoles, el Barcelona más específicamente, cuando acá se le dió la espalda por estar "enfermo". Tampoco se explicó que aquellos que mes a mes pagan su multimillonario sueldo son los popes del Barcelona, y no Julio Grondona o Diego Armando Maradona. Lo que sí se encargaron de potenciar es el hecho de que el oriundo de Rosario no haya salido a gritar a los cuatro vientos que quería jugar en la Selección. Es más: hasta se llegó a decir si "valía la pena tanto escándalo por un solo jugador, Messi". La conclusión: Messi, habilitando y convirtiendo, fue una de las grandes (sino la máxima) figuras de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. ¿Alguien se acordó de las críticas a la "Pulga"? ¿En algún lado se recordó aquella pregunta tan irónica? No. La realidad es que se buscó centrar los elogios en otros jugadores que también se habían destacado en sobremanera (Mascherano, Pareja, Gago, Di María) pero evitar la mayor cantidad de comentarios sobre Messi.

Desde este humilde lugar muy posiblemente no cambiemos nada de esta realidad que vive hoy por hoy el periodismo deportivo argentino. Los intereses van a seguir, y van a aumentar. Los amiguismos se van a potenciar. Los buenos jugadores sin buenos representantes o favores no triunfarán, y los mediocres con amiguismos tendrán éxito. ¿Está bien? ¿Está mal? Depende de los valores de cada uno...