El sucesor de Maradona

| lunes, septiembre 08, 2008

Mientras te tomás unos mates, clavás unos bizcochitos y leés este post para distraerte un rato, poné play a este monstruo de la viola. Para los que no lo saben, Stevie Ray Vaughan resucitó el Blues en los 80's luego de que el Rock lo relegara a un segundo plano en los 70's. Fanático de Hendrix, le dió un toque aguerrido al estilo tradicional.



Es un asunto delicado. Delicado para el mundillo del fútbol, claro. No es que de ésto dependa la hiperinfación maquillada por un gobierno totalitarista y un INDEC impotente (si no posteo por un tiempo, díganle a mi mamá que la quiero mucho), pero es interesante evaluarlo en los ratos libres. Entre clase y clase de la facu recordás la cintura del burrito, la verticalidad de Messi, la calidad del Chori Domínguez; o mientras tu jefe se va a darle murra a la secretaria y vos que ya estás podrido de chatear con esa minita que te boludea, te dedicás a youtubear a D'Alessandro, el payasito Aimar y variadas glorias (o Martas) del fúlbo nacional.

Desearías hacer una torreja con la pegada de Riquelme, el sprint de Messi, la guapeza (?) de Tévez, el amor propio del Kun Agüero, la visión de juego de Verón y la personalidad de Batistuta. Sin embargo la desazón sobreviene inevitablemente. Nada de eso es suficiente. Mirás el horizonte, pensás alguna solución viable, y creés que en tierra de talentosos alguien vendrá a rescatarnos para volver a meter 2 finales consecutivas y devolvernos al merecido primer plano mundial. Todos los cañones apuntan al mismo lugar: Messi. Le falta, claro, pero cuando madure y se ponga el equipo al hombro no nos para nadie (decís para tus adentros). Una noticia que quizás algunos desprevenidos (diría Fabbri) aún no captaron: Messi se está poniendo el equipo al hombro. Si no fuera por su desfachatez, Paraguay se salía con la suya.

Personalmente no soy un gran admirador de la Pulga; es que Messi hace su fútbol a costa de explosión y velocidad. Ojalá me sorprenda gratamente sin piernas. Me quedó grabado a fuego el partido de la final olímpica frente a Nigeria, donde el rosarino tuvo serias dificultades para eludir a marcadores (léase velocistas) que siempre, absolutamente siempre se recuperaban y jamás daban una pelota por perdida (no lo culpo, eran panteras los morochos). De todas maneras logró suplir esa deficiencia con una gran capacidad de juego colectivo. El circuito Gago - DiMaría - Messi - Zabaleta -Agüero giró en torno suyo, relegando a Riquelme a jugar pegado a Mascherano y distribuir la pelota con el fin de que los "chiquitos" tomen aire. Quizás la mejor función que tiene en la selección.

Prosiguiendo con el tema que nos compete (y antes de que me envíen una carta con Ántrax), lo que es evidente, abstrayéndonos de la situación, es que los argentinos vemos la realidad distorsionada. Porque la realidad indica que Maradona hay uno solo. La realidad indica que lo normal, lo standard es no tener a un Maradona. Que en un equipo existen y coexisten 11 jugadores que conforman un equipo, valga la redundancia, y que mientras esperemos como Penélope deshojando margaritas que un nuevo príncipe azul nos rescate del montón (del montón de los grandes, claro está), seguiremos por la senda equivocada. Formar equipos alrededor de 1 solo tipo es un gravísimo error, llámese Riquelme, Aimar o Messi.

En cuanto a ésto, quien mejor leyó la jugada fue Marcelo Bielsa. Construyó desde cero una selección nueva con un concepto nuevo. Fundó nuevas bases para el fútbol argentino y mundial también, rescatando la ideología del Fútbol Total. Es coherente recordar que antes del mundial de Corea - Japón, la celeste y blanca era el mejor equipo del mundo para muchos, y el Loco uno de los mejores técnicos del globo según los medios europeos y grossos como Van Gaal. Luego los malos resultados le dieron margen a periodistas capitalistas para defenestrar a un intelectual de la esférica.

Meses luego de su renuncia, su trabajo caducó con el arribo de Riquelme, no porque el Topo Giggio sea el culpable, es un extraordinario jugador, único en su especie (para bien y para mal), sino porque donde Riquelme juega, Riquelme manda. De otra modo no funciona.

Y Argentina volvió a depender de 1 solo tipo otra vez. perdimos el tiempo desde 1994, año que el Diez colgó los guantes (o le colgaron) en la selección por efedrina. Parece una joda con toda la milonga que tomó. Un año muy triste.

"Audiciones", anunciaba virtualmente el predio de Ezeiza. Hubo varios que emocionaron de a ratos, pero el papel de esa obra estaba hecho para un solo actor. La obstinación argentina nos tapó el bosque otra vez; nos malacostumbramos. Salió un "cabezón" zurdo de River que la pisaba y le pusimos la mochila más pesada a los 18 años. La mochila lo aplastó y fracasó hasta en el Wolfsburgo. El "conejo" de Núñez también sufrió el flagelo de la carga, y peregrinó con esa cruz durante años. Sólo los de carácter fuerte han soportado tan terrible paliza de un público sediento de resultados. Ahora a Carlitos por un planchazo a un paraguayo más sucio que Gatusso lo quieren condenar y el Coco se da el lujo de no apoyarlo. Deprimente. Seguro que el Kun es la solución.

Esta colección jurásica que tenemos en la AFA no es sana. De todas las entrevistas a periodistas de reconocido nivel que realizamos (Sottile, Trasmonte, Castillo, Arcucci, Vargas), asolutamente todos reclamaron la renovación dirigencial. No digo que Grondona no quiera ganar un mundial. Digo que entiende el fútbol con los ojos de un hombre de 77 años. Claro que hay viejos copados, Pero la sangre joven reclama su espacio. Y El Padrino no es ningún viejo copado.

Una luz asomó al final del túnel, y fue la de los JJ.OO. El Checho largó la meresunda y plantó en cancha el equipo más dinámico, agresivo y entretenido de los últimos 4 años y en tan solo 2 semanas. Eso es para vos Basile, que te la pasás mandándote la parte con eso del "seleccionador no entrenador" chupando caipirinha en Punta del Este. Voto por un equipo que arriesgue en ataque y raspe en defensa. Laterales rápidos y con técnica. Para cubrir los espacios está el jefecito y una dupla central de las mejores del mundo que te cortan las piernas y van bien arriba: Demichelis - Coloccini. Falta el 9. Ahí está el verdadero casting. No me jodan con Denis, lo nombrás 3 veces como a Beetlejuice y no la mete más. Y no me jodan con Agüero que no es centrodelantero ni por asomo. Cuando las papas queman y no podés entrar necesitás un ariete como Carew, Ibrahimovich o hasta Viduka que es un burro.

Una pena que Don Julio desperdicie estos años dejando que Basile se haga cargo de la selección. Tenemos pasta para armar un equipo que salga a matar en todas las canchas. Es el mejor plantel argentino desde que Diego nos privara de su magia.