El quirófano: Número 4

| lunes, septiembre 15, 2008


"Entiendan muchachos, me tiraron con un banco" (?)

Hace rato que venía pidiendo pista a fuerza de desvaríos constantes, y finalmente consiguió su objetivo: Pablo Lunati es el personaje del fin de semana, sin lugar a dudas.
Ahora bien, seamos justos y no descarguemos la artillería pesada contra su persona, viejo: al final de cuentas el no tiene la culpa de ser así. Seguramente, de haber elegido, habría optado por no ser dueño de esta psicosis constante que reina en su ser y que deriva en continuos cortocircuitos y alteraciones dignas de un interno del borda. Además, le hizo un favor a Independiente. ¿Cómo? Y claro, si con el estirpe ganador (?) de Montehielo en los clásicos es más factible perderlo contra la selección tunecina de no videntes que, al menos, sacar un empate. ¿O no vieron el gol que se perdió mano a mano frente al arquero? Igualmente está justificado: con la imagen intimidante que entrega la delicada nariz de Caranta se hace difícil.

Bien por Estudiantes que sigue poniendole el pecho a las balas sin Juan Sebastián Veron. ¿Qué perdió contra un equipo de Tocalli que tiene como máxima figura a Zapata y cuyo salvador fue un borrego que se hace llamar "bubu"? Y sí, se entiende: está Sensini en el banco. Motivo suficiente para no ganar absolutamente nada.

Lo que si es para destacar es la remontada triunfal de Adrián González. Aclaro: no me vengan a hablar de San Lorenzo, el lateral derecho gano el partido solito y tuvo que lidear con la pesada mochila que representa tener a un tipo que no le hace un gol ni a la abuela en silla de ruedas como Romeo y con chirolita en la zaga central... ¿hay algún jugador más feo que Aguirre?* Con esa cara de naipe hasta Gustavo Doberman se agranda y es figura.

La respuesta es obvia: Jairo Patiño.

En fin: Independiente sigue sin ganar un clásico y Boquita mantiene la punta de la mano de los hombres de negro. Conclusión: todo vuelve a la normalidad.