Argentina, la tierra de la intolerancia

| martes, agosto 26, 2008


Se dice muchas veces que la vorágine del fútbol argentino provoca, en cada campeonato que comienza, uno o dos alejamientos de los directores técnicos llevadas 4 o 5 fechas sin buenos resultados. Por más irreal e ilógico que suene, muchas veces esto se plasma en la realidad, y hay entrenadores que tienen que dejar su cargos por una serie de malos resultados en las primeras fechas, jugando bien o jugando mal, jugando ofensiva o jugando defensivamente. Esto resume básicamente lo que es Argentina (puro caos, descontrol, desorden) pero también define lo que es el fútbol dentro de nuestro querido país (pasión, locura, intolerancia). Muchas veces decimos que nada nos puede sorprender, que lo hemos visto todos, pero siempre nos equivocamos...

Esta mañana, en Gerli, donde se entrena el plantel de fútbol profesional del Independiente del "Bichi" Borghi, los jugadores y el cuerpo técnico tuvieron una ingrata visita de un pequeño grupo de hinchas del Rojo, que colgaron una bandera con la inscripción "Poniendo más huevo se ganaba", haciendo clara alusión a aquella otra bandera que el plantel sufrió cuando empató 1-1 en la Bombonera, después de ir ganando 1-0 con 2 jugadores más. Uno puede adjudicar esta reacción simplemente al efecto "post-clásico" y al haber sufrido el empate en el minuto final del partido, pero esto va más allá de eso. Desde que Borghi llegó a Independiente, las expectativas que se generaron fueron enormes. El buen pie y los triunfos que había conseguido el ex Argentinos Juniors invitaban a ilusionarse con un Rojo ofensivo y ganador. Sin embargo, desde que puso manos a la obra, esto nunca se vió plasmado en el equipo. El Rojo, salvo el primer tiempo ante Estudiantes por la Copa Sudamericana, nunca salió a atacar decididamente, y siempre le faltó "5 pal´ peso". A su vez, la situación se agravó por el pésimo desempeño de los jugadores en el pasado domingo, y las temerosas decisiones del "Bichi" de sacar a delanteros para poner volantes. Es sabido que la historia dice que Independiente tiene hinchas con "paladar negro" (que se vió momentáneamente interrumpido en la época de Falcioni, en donde había que sumar o la Promoción iba a estar cerquita) por lo cual esto toma una doble "gravedad", si se quiere. Más allá de todo esto, reacciones como la de esta mañana son inexplicables: intimidar a los propios jugadores por un empate, en una tercera fecha del campeonato, aún siendo ante Racing, es cuanto menos intolerante. Para colmo, desde los medios ya se empieza a hacer circular el rumor de que Borghi "podría alejarse" en los próximos días, algo que no hace sino fomentar esta impaciencia y estupidez general, y que provoca que los clubes entren en círculos viciosos, comprando y desechando jugadores, y contratando y echando técnicos. El desorden no es bueno nunca, y un club de fútbol no es la excepción. Si se entra en la inseguridad general, nunca se va a poder afianzar un proyecto (no digo a largo plazo porque ya es imposible).

Así estamos. 3 partidos, un clásico empatado, y rumores sobre una posible renuncia...