Ahora sí

| domingo, agosto 03, 2008


El 24 de febrero de 2004, el suizo Roger Federer conseguía alcanzar el número 1 del ranking ATP de Tenis. En ese momento, nadie pensaba que este animal podría mantenerse en la cima y extender su reinado a casi 4 años y medio seguidos.
En 2004, Rogerio obtuvó casi todos los torneos en los que se hizo presente, alzándose con tres de los cuatro Grand Slam (Australia, Wimbledon y el US Open). Desde allí, su dominio en el circuito fue bestial y, solo la aparición de un jovencito al año siguiente podría empezar a causarle un cosquilleo que luego se iría asentuando hasta convertirse en una preocupación constante, ya que ese jovencito molesto era el español Rafael Nadal, quien no solo empezaría a derrotarlo en la mayoría de los cruces entre si, sino que de a poco se transformaría en la máxima amenaza que atentaba contra el monólogo del suizo a fuerza de torneos ganados.

Así es como en el 2005 y a fuerza de un podería físico impresionante y una entereza mental digna de reconocimiento, el mallorquín fue la sensación y arrasó con los torneos de polvo de ladrillo, quedandose entre ellos con Roland Garros, Montecarlo y Roma (en una final épica frente al fallecido (?) Guillermo Coria en la que levantó un 0-4 en el set decisivo).
Desde allí, Rafael Nadal se planteó un solo objetivo: el número 1. Pero ese número 1 estaba en manos de un jugador soberbio e implacable en su juego, que solo admitia derrota cuando el rival se encontraba al 100% desde todo punto de vista y él tenía un mal día. Obviamente, estos casos eran contados con los dedos de la mano, y el único que repetía estos hechos cada vez con mayor frecuencia era el sobrino del ex jugador de la Selección Española.
Pero este año, Nadal comenzó a hacerse fuerte también en los torneos de cancha rápida, y esto derivó en la preocupación del suizo que además, comenzo a decaer notablemente en su juego y su mentalidad ganadora empezó a debilitarse poco a poco.

Al empezar el Masters Series de Cincinnati, Federer sabía que debía hacer un buen torneo para conservar el número 1, ya que debía defender los puntos obtenidos el año anterior al coronarse campeón del mismo; mientras que Nadal corría con la ventaja de saber que todo avance que hiciera a partir de la segunda ronda llevaría aparejado una ganancia de puntos y con ello, un recorte en la ventaja que separaban a ambos jugadores.
Muchos esperaban que Federer resurja de sus cenizas y, al verse amenazado por esta posibilidad de perder su reinado, volver a ser el mismo que era y poder alcanzar el objetivo primoridal. Pero no fue así, el suizo cayó tempranamente frente a un jugador al que siempre había derrotado con facilidad como el croata Ivo Karlovic, y esto dejó todo en manos del español, quien aguardaba con la servilleta puesta y los cubiertos en mano esta chance.
Así fue como al derrotar al ecuatoriano Nicolás Lapenti, Rafael Nadal se aseguró el tan ansiado y, en su momento, tan lejano número 1. La posterior derrota frente a Novak Djokovic fue solo para la anécdota, la meta estaba asegurada: de esta forma, Nadal será el próximo rey del tenis a partir del lunes 18 de agosto. Pudo ser antes, pero casi que no interesa a esta altura.

Ahora, Nadal debe defender con uñas y dientes este logro que tanto le costó conseguir, ya que a a pesar de los vaivenes de los últimos tiempos, el que está atrás es uno de los mejores jugadores de la historia. Y sabe que el menor descuido puede ser fatal, incluso puede darse un hecho insólito: según lo que suceda, Nadal puede saberse número 2 nuevamente antes de convertirse en número 1, debido a la distorción entre las fechas y los sistemas de puntuación, aunque esto sería casi una tragedia milagrosa (?)

De esta manera, esta máquina de correr y de devolver cualquier cosa que provenga del otro lado de la red, (y a la cual personalmente aborrezco por su juego defensivo y su arrogancia) ha escrito una nueva página en la historia del Tenis y ha alcanzado los laureles que, increíblemente, Guillermo Vilas no pudo conseguir debido a la inoperancia de los responsables de configurar el sistema de puntuaciones.


Off topic: por la final del torneo en cuestión, Andy Murray acaba de derrotar a Novak Djokovic por 7-6 y 7-6.