La guerra de las marcas

| martes, abril 01, 2008


Cuando la pelota empieza a rodar por el verde césped, pareciera que lo único que importa en el fútbol es conseguir el resultado frente al enemigo de turno. En las tribunas, en los bares, en las casas, los corazones de los miles de espectadores se aceleran hasta llegar a velocidades inimaginadas. La transpiración de aquellos hinchas que protagonizan su partido más importante se acentua, quizás aun más que la de los propios jugadores.
Pero los caños, los tacos, las rabonas y los partidos por el honor ya no están solos en el mundo futbolístico. Todo lo contrario: forman parte de una gran familia y van perdiendo cada vez más protagonismo ante las afiladas garras del negocio. Ya lo dijo el maestro Roberto Fontanarrosa tiempo atrás: “El amor del hincha es lo único amateur que queda en el fútbol, ahora centro de una comercialización absoluta”.
Las empresas de indumentaria deportiva ven como una mina de oro al deporte más popular del mundo, y se abalanzan en busca de la mayor tajada de esta torta que parece ser, efectivamente, una fuente inagotable de ganancias para aquellos que se interesan solo en la parte económica y dejan de lado el aspecto pasional, haciendo que las palabras de Fontanarrosa describan perfectamente este fenómeno. Por ello es que hace un tiempo se ha instaurado dentro de lo que ya es un mundo aparte dentro del fútbol, el del negocio, la denominada “Guerra de las marcas”. Si bien no se utilizan ametralladoras, tanques o armas de destrucción masiva; la disputa por atraer la mayor cantidad de patrocinados del mayor nivel posible (ya sean equipos, jugadores u otros) se ha convertido en un torneo aparte, en el que los máximos candidatos a llevarse el título casi siempre son los mismos: Adidas y Nike.
En los últimos años, la marca alemana ha alcanzado el liderazgo dentro de la venta de artículos deportivos de fútbol, pero se ve superada en lo que al conjunto del negocio se refiere, ya que Nike es la que domina este sector del mercado.
En el último mundial disputado en Alemania, Adidas ha tenido la ventaja de ser el dueño de casa y le puso su logo de tres líneas a la pelota oficial, uniformes de árbitros, vallas dentro y fuera del estadio y hasta los derechos exclusivos de publicidad con las cadenas ABC y ESPN, bloqueando a Nike de manera efectiva. El pelo en la sopa fue la menor cantidad de equipos patrocinados en relación con la marca estadounidense (6 contra 8), pero esto no le ha impedido ganar la batalla con holgura.
Actualmente, los principales conflictos están relacionados directamente con las principales estrellas y selecciones. Nike sufrió dos golpes duros en el último tiempo: el primero tiene que ver con Thierry Henry, quien aceptó un jugoso contrato ofrecido por Reebok. ¿Qué tiene que ver Reebok en esta disputa? La segunda marca estadounidense fue adquirida por Adidas en 3.100 millones de euros.
Y si la irritación de Nike era mucha, no hay palabras en el alfabeto para describir la ira interior presente en los responsables de dicha marca cuando la noticia de que una de las máximas estrellas del mundillo futbolístico como Lionel Messi había pasado sin escalas al clásico rival. Pero el último gran batacazo lo dio Nike, al ofrecer la histórica suma de 470 millones de euros para vestir a la selección francesa. Y como era de esperar, los galos no pudieron contener la tentación y se abalanzaron sobre las lapiceras para firmar cuanto antes tan jugoso contrato.
Habrá que ver como sigue esta historia de engaños y desengaños. Una guerra táctica que es vigilada constantemente por radares que procesan información permanentemente y avisan cada paso dado por el contrario para activar la respuesta inmediata.
Hecho por Gabinho