Tristeza

| domingo, marzo 16, 2008


En el día de ayer, Emmanuel, de 21 años, hincha común (como vos o como yo) del Club Atlético Vélez Sarsfield, fue asesinado a sangre fría de un balazo. El simpatizante de Vélez se encontraba en uno de los micros que el club de Liniers pone a disposición de los hinchas cuando el equipo juega de visitante, sin cargo. Vale aclarar algo: la gente que va en esos micros son gente común, socios que van en ellos porque les parece más seguro, y porque viajan con custodia policial. Ayer la policía desapareció cuando, aparentemente, un Duna blanco se habría estacionado al lado de uno de los micros de Vélez, y una persona habría bajado del auto con un arma, y gatillado hacia el micro, hiriendo de muerte al joven Emanuel.

Más allá de la tristeza que nos causa ver un muerto más por el fútbol en la Argentina; más allá de la tristeza y la bronca que nos causa la corrupción (acá hubo una entrega de la policía, eso queda claro); más allá de la incompetencia de todos los organismos del Estado para controlar la violencia: ¿qué carajo tienen en la cabeza los dirigentes de la AFA? Grondona y sus secuaces respondieron al pedido del Gobierno por suspender la fecha de la siguiente manera: "lamentamos mucho la pérdida del joven hincha de Vélez, pero la fecha va a seguir, porque no hay indicios que puedan esclarecer su muerte". Algo totalmente incoherente y de tipos a los cuales nunca les pasó una desgracia como ayer sufrieron los padres de Emanuel. Yo quiero que la gente entienda algo: Emanuel era un pibe común. No un barra. Un pibe común que usaba los micros que ponía Vélez porque ahí se juntaba con toda la gente que siempre iba a la cancha de local. Los micros siempre fueron seguros, y nunca tuvieron problemas...hasta ayer. No es casualidad que haya pasado por la zona de la cancha de San Lorenzo, que es tierra de nadie y donde los comisarios sabemos como se manejan. No es casualidad que hayan salido, en menos de 2 horas, 4 versiones diferentes (que fueron los de San Lorenzo, que fueron los de Huracán desde la Quemita, que fueron los de Chicago o que fueron, incluso, los de San Lorenzo y Huracán en conjunto). Acá hay alguien que se quiere lavar las manos. Lo más duro de todo es que el periodismo, en lugar de pedirle respuestas al Estado, canaliza todos los informes en aclarar que la hinchada de Vélez "provocó desmanes y suspendió el partido". Pero como no van a "provocar desmanes" si les mataron a un hijo, a un hermano o a un amigo por un partido de fútbol! El grado de locura que hay en el fútbol está sobrepasando todo límite, y Grondona sigue en el poder. Cambia Gallina, cambia Castrilli, y seguimos igual. No es hora de tomar alguna medida drástica? No me voy a poner a discutir si la prohibición de ir de visitante está bien o mal, pero creo que este es un momento delicado, y hay que tomar decisiones delicadas. Sino, todo va a seguir igual...