Caos arbitral

| lunes, marzo 31, 2008


El nivel de los arbitrajes en el fútbol argentino sigue en picada y parece no visualizarse un final inmediato a esta caída libre que ha emprendido su rumbo varios años atrás. El gran desempeño de Horacio Elizondo en la pasada Copa del Mundo se puede tomar como un oasis en el desierto, ya que el resto de los representantes no cumplen con las expectativas en cuanto al rendimiento deseado por las autoridades que los eligen. Día a día, y con ayuda de la tecnología y la diversidad de cámaras, se puede apreciar como existe una innumerable cantidad de errores arbitrales en cada partido. Esto genera un nerviosismo conjunto que deriva en consecuencias inimaginadas, ya que estos fallos equivocados a veces cambian el rumbo de un cotejo.

El sistema de sanciones a los árbitros ante las malas actuaciones parece no tener éxito, ya que al cumplirlas no se nota una mejora y esto es perfectamente entendible: el verdadero déficit se encuentra en la falta de preparación de los mismos. Esta situación es altamente injusta, ya que se acusa y pone en tela de juicio casi únicamente a los “hombres de negro”, mientras que los encargados de formarlos y hacer que cuenten con una preparación adecuada salen casi ilesos de todo tipo de cuestionamiento por parte de la prensa, instituciones y el público.

Por otra parte, los jugadores y miembros del cuerpo técnico no ayudan en lo más mínimo a que los jueces puedan desenvolverse cómodamente y con menos presiones, ya que mediante simulaciones constantes, quejas y otro tipo de actitudes repudiables, hacen que éstos se vean imposibilitados de poder ejercer su tarea de la mejor manera y sin mayores adversidades. Esto provoca, además, una mayor fervorosidad en el público que ante los malos resultados de su equipo encuentra como principales responsables a los encargados de impartir justicia dentro del campo de juego.

Para colmo, una serie de conflictos entre las asociaciones y sindicatos que nuclean a los árbitros del futbol argentino hace más compleja y tensa la situación: hace poco tiempo, la AAA (Asociación Argentina de Arbitros) realizó una denuncia mediante una presentación en la que cuestiona los procedimientos del Colegio de Arbitros, pero la misma fue rechazada por la AFA. Además, la AAA realiza acusaciones constantes al SADRA (Sindicato de Arbitros Deportivos de la República Argentina) de formar una especie de “complot” con la AFA en su contra. Estas disputas, han generado una pelea casi irreversible entre la AAA y la AFA, algo que no es para nada recomendable cuando se busca mejorar el nivel de los arbitrajes para poder apaciguar el éxtasis que se vive al final de cada encuentro por la disconformidad de todas las partes. Sin embargo, la reciente designación de Horacio Elizondo como máxima autoridad de la Escuela de Arbitros ha caído bastante bien dentro de las partes, ya que se trata de una de las pocas personas respetadas en el ambiente por casi todos los involucrados. La tarea fundamental del ex árbitro es la de “Director Formativo del Arbitraje Argentino”. Es decir, el encargado de la formación de los futuros árbitros y perfeccionamiento de los actuales.

El optimismo existe con esta última “adquisición”, pero habrá que hacer muy bien las cosas para revertir lo que hoy es, sencillamente, un caos total.

Hecho por: Gabinho