El affaire Costas - De Tomasso - Hidalgo - Kirchner

| lunes, septiembre 24, 2007


Cuenta la leyenda que el encargado de Blanquiceleste S.A. actual, De Tomasso, un día habría decidido buscar inversionistas para financiar a esta empresa, específicamente que estuviesen interesados en poner dinero para acercar jugadores a la Institución. También dicen por ahí que el señor De Tomasso, conocido de nuestro querido presidente, Néstor Kirchner, le habría un consejo para elegir a los inversionistas. Sin dudarlo ni un minuto, el hombre K le recomendó dos nombres: el de un importante empresario que tiene la concesión de varias líneas de ferrocarriles, y también el de Fernando Hidalgo. Éste último, ante el ofrecimiento, aceptó gustosamente y puso dinero para traer, entre otros, a Cristian Pellerano y a Nicolás Cabrera. Este importante empresario del fútbol y otras yerbas (?) andaba caminando, y comenzó a pensar en lo disgustado que estaba a raíz de que varios de los jugadores que había pagado con su dinero para acercar a Blanquiceleste S.A. no eran de la partida en la mayoría de los encuentros. Esta imposibilidad de jugar para los jugadores acarreaba que su valorización bajara considerablemente, y como consecuencia, dejara de ser negocio tener porcentaje sobre sus pases. Toda esta situación, vale aclarar, generada por un técnico, Gustavo Costas, cuyo mayor defecto era "poner al que mejor estaba". El señor Hidalgo no tuvo mejor idea que pensar en un nuevo DT para la Institución, e hizo un llamadito al amigo Mohamed para ver si estaba interesado en ser el entrenador táctico de Blanquiceleste a partir de enero. Ante esto, el ex DT de Huracan, en un gesto de gran honestidad, lo llamó a Costas y le hizo saber la futura "cama" que se estaba planeando. Indignado, el técnico decidió, en el jueves pasado, alejarse de la conducción del equipo cuyos colores se asemejan al de la Selección Argentina. Ni lerdo ni perezoso, el gerenciador De Tomasso salió a decir en todos los medios que Costas era SU técnico, y que de ninguna manera tenían pensado traer a alguien más. A raíz de esto, los hinchas de Racing organizaron un banderazo, y le demostraron todo el afecto que le tienen al ex jugador de Mandiyú de Corrientes. Pasaban las horas y crecía la incertidumbre, hasta que luego del partido, Gustavo Costas habló finalmente, y anunció que...seguiría en el cargo "por la gente y por los jugadores". A su vez, aclaró que "todo lo que se dijo fue verdad", y que él no llego a Racing para hacer negocios, sino para ayudarlo.

La gran pregunta que sobrevuela el ambiente es: ¿hizo lo correcto? ¿Vale la pena quedarse en un club (o empresa, como más le guste) que constantemente tiene situaciones que amenazan con destruirlo? ¿Tiene lógica quedarse en un club donde una vez comenzado el campeonato, se le venden jugadores vitales para las aspiraciones de ser campeón, y se traen jugadores "del montón"? ¿Vale la pena ser basureado y vilipendiado (?) al nombrarse candidatos para sucederlo en enero, cuando su campaña no es para nada mala actualmente? Al parecer, el amor todo lo puede (?) y el mismo Gustavo Costas aclaró que "una persona normal no aceptaría quedarse" pero él "quiere al club, a su gente y a los jugadores".

Curiosidades de un fútbol argentino que da para todo...