Jogo bonito

| jueves, julio 19, 2007


Acaban de terminar de jugar la segunda semifinal de la Copa del Mundo Sub 20 Argentina y Chile. Estos dos equipos arrastraban desde torneos y amistosos anteriores una muy mala relación, sobre todo por algunos encontronazos que se produjeron en Paraguay, este mismo año, donde jugadores como Banega y la estrellita (el diminutivo es por lo que demostró en las difíciles, este jugador que actualmente fue traspasado al Leverkusen) Vidal tuvieron ciertos roces. La gran pregunta hoy era: cómo reaccionarían uno y otro equipo? La respuesta fue clara. Argentina salió tranquila, concentrada, sin estar relajada, pero sin caer en el nerviosismo propio que acarreaba una semifinal en un torneo así, y con todo el condimento "picante" que venía desde el rival. Por su parte, desde el comienzo del partido, se vió a un Chile muy nervioso, con jugadores que deberían haber sido patrones en el medio (el caso más característico, y no por repetitivo deja de ser verdad, es el de Vidal) y que sólo fueron contraproducentes para con su equipo. El símbolo más significativo de esta situación fue esa pelota en el segundo tiempo, donde, en lugar de intentar jugar la pelota, el mediocampista del Leverkusen (ex Colo Colo, creo) pega un pelotazo hacia su arco con la intención de golpear a un jugador argentino. Así es IMPOSIBLE ganar una Copa del Mundo. Uno se acuerda de equipos argentinos como el chileno hoy, en épocas anteriores (el escándalo en Portugal es inolvidable) y la verdad es que agradece y valora lo que han hecho José Pekerman y Hugo Tocalli por el fútbol juvenil argentino. No sólo formaron jugadores (y de los buenos) sino que implementaron una cultura del "Fair Play", muchas veces ridiculizada, pero al fin y al cabo es la que termina salvando a este golpeado deporte como lo es el fútbol por la violencia.

El partido empezó movidito, con algún manotazo de Aguero, y con la Argentina manejando la pelota, sobre todo de la mano de un talentoso Di María, que mostró las cualidades que llevaron a que Tocalli lo eligiera por sobre la estrellita (otro que demostró poco) Mauro Zárate. Tuvo la primera por izquierda el volante (¿delantero?) de Rosario Central, pero la mandó al parante trasero del arco y no pudo ser. Sin embargo, "persevera y triunfarás" dice el dicho, y así fue que, luego de un pelotazo de Piatti (en una jugada muy parecida a la anterior) Di María le dió con alma y vida y la clavó contra un palo. Era el 1-0 argentino, y la debacle chilena, que muy poquito después de este gol, se descontroló de la mano de un Medel extremadamente agresivo, que le tiró una patada a Mercado (que nunca llegó, pero fue merecedora de la tarjeta roja). Si con 11 a Chile le había costado, con 10 parecía imposible; sin embargo, el conjunto de la cordillera tuvo la suya, de la mano de un pelotazo largo de Cortés, que no entró de milagro. No pasó mucho más, exceptuando el alto nivel de agresividad en cada jugada por parte de "La Rojita", que mereció haber tenido algún expulsado más, pero el árbitro no quiso que se le vaya el partido de las manos (que es lo que terminó pasando).

En el segundo tiempo, más demostración de fútbol y de carácter argentino, y con una tranquilidad que asombra cada día más por parte de Banega, se supo manejar el partido. Toque para allá, toque para acá, y los chilenos que se volvían locos, hasta que Moralez, en una avivada por izquierda, tiró el centro, y Yacob la mandó a guardar. Gol lapidario para las ilusiones chilenas, que sumaron un expulsado y dieron una pobre imagen tiempo después, cuando Currimilla fue expulsado por doble amarilla. Cerró el partido definitivamente Moralez, luego de aprovechar un rebote de un disparo de Aguero.

La única verdad es la realidad, dicen por ahí, y no hay frase más cierta que esta. Este equipo argentino tan criticado luego del primer partido, y tan alabado luego del segundo partido (por obra y gracia de los pseudo-periodistas nacionales) confirmó la costumbre de llegar a las finales de los mundiales, y amenaza con darnos la mayor alegría a nivel internacional en cuanto a Selecciones. Se podrá?