Copa América: Cuartos de final: Argentina 4 - Perú 0

| lunes, julio 09, 2007


No faltó nada. Esa es la impresión que dejó la Selección Argentina luego de la aplastante victoria ante un rival, vale aclarar, de mucha menor jerarquía, que sin tener un plantel plagado de nombres como si lo tiene el conjunto nacional, tiene jugadores reconocidos en Europa (Guerrero, Farfán que no jugó, Pizarro que es reciente adquisición del Chelsea "Abramovichiano") y complicó en los primero minutos. Se puede decir que finalmente el equipo de Alfio Basile pudo conjugar esos 3 verbos que tanto se negaban a reunirse: ganó, gustó y goleó. Por fin vimos una superioridad completa (exceptuando esos primeros minutos del partido) tanto como en algún partido de Bielsa, sobre el rival, que, volvemos a aclarar, si bien era muy inferior, siempre puede traer problemas. Hay jugadores que ayer tuvieron una actuación estelar y de eso no caben dudas. Tuvimos a un Riquelme que de una vez por todas apareció en los momentos difíciles de la Selección (y no le pidan más); un Mascherano que de ser apodado "Rusticherano" o "Menoscherano" en los últimos meses por su bajo rendimiento (o nulo, porque no lo ponían) en el West Ham, pasó a ser la figura y ahora ¿goleador? de la Selección; tuvimos un Tévez en el segundo tiempo con muchas ganas y demostrando que tranquilamente el titular puede ser él; y fundamentalmente, tuvimos a uno de los mejores jugadores actualmente que existen en este fútbol marketinero pero fútbol al fin: Lionel Messi. No soy ni original ni un innovador si digo que este pibe tiene no una, dos, sino tres velocidades más que los rivales (y que sus compañeros también). Cuánto hubiese dado Bielsa por tener un jugador así en su esquema! Pero lo cierto es que Basile logró darle esa libertad que todo "crack" necesita (no es proyecto de crack, pensemos que a los 16 debutó en el Barcelona, y a los 17 jugaba contra monstruos de Europa) y lo hizo sentir verdaderamente importante (teléfono Pekerman). La gambeta que tiene, como lleva la pelota pegada al pie en velocidad, y esa velocidad mental (que no es menor a su velocidad motora) lo hacen un tipo diferente. Afortunadamente, lo tenemos de nuestro lado, y no quedan dudas que, si se lo cuida (a éste no hace falta mimarlo ni darle privilegios, es un pibe común) nos puede dar muchas alegrías.

En cuanto al partido, no hay mucho que decir: nos volvió a pasar lo mismo que en los anteriores partidos. Tuvimos un primer tiempo sin goles, pero esta vez, la gran e importante diferencia fue que no fue opaco sino todo lo contrario: Argentina tuvo varias chances de gol que no supo capitalizar, pero que le permitió predisponerse muy bien para un segundo tiempo en el cual los volantes ofensivos y los delanteros arrasaron. Goles de todos los colores y de varios jugadores. Desde un remate de media distancia espectacular de Riquelme, hasta otra habilitación bárbara del mismo jugador, pasando por un gol de rebote del Masche, en fin, con variedad fue la cosa.

Ojalá el paso de la Selección tenga esta pisada firme sobre el suelo venezolano y podamos lograr una alegría que se nos viene negando hace rato ya.