Hombres Lobo

| domingo, diciembre 17, 2006

El centro delantero, ese animal misterioso, exotérico casi místico, ese que como una animal de presa ronda el área esperando a que la victima se descuide, de movimientos cansinos, como agazapado, como economizando esfuerzo pero olfateando el aire, con las garras preparadas y el olor a sangre fresca aun en su paladar.

Seres sobrenaturales, dotados por la creencia popular de sobrenombres prodigiosos como “el brujo” Quini o “mágico” González o de nombres de animales salvajes, implacables y que según el folklore Americano están dotados de poderes mágicos ya sea el caso de el “Puma” Rodríguez o el “Lobo” Fisher o por otro lado se les confiere el carácter de “Loco” como es el caso de Palermo y es que todos los apodos tan solo buscan clasificar lo inclasificable, explicar lo inexplicable ¿Qué , como , quien y de que manera se forjan los goleadores?

Goleador se nace dicen los que saben y quizás halla que creer esa máxima pero entonces como se explica que jugadores como el “Turu” Flores hayan hecho gran parte de sus inferiores como defensor central ¿acaso encontró el don durante el transcurso de su carrera? Y por el contrario que decir del “vasco” Arruabarrena quien hasta la 5ta de Boca jugaba de delantero centro ¿entonces? ¿Hay dones más duraderos que otros?

A priori no existe una explicación racional ¿Cómo explicar algo que no lleva un patrón consistente? Podemos encontrar goleadores de casi 2 metros como Peter “La garza” Crouch o insolitos artilleros de medio metro como Romario. Los hay acróbatas, estetas del movimiento como Hugo Sanchez y por el contrario podemos toparos con especialistas del último toque como Lineker con su eterno timing para estar ahí empujando la pelota a la red.

Pero el hombre animal inquieto no puede vivir sin clasificar, porque la no clasificación presupone el desconocimiento y el desconocimiento trae aparejado el caos y ya se sabe que nos, pobres mortales, no podemos vivir en el caos; es por ello que buscamos frases que expliquen la aparición de estos seres prodigiosos y así nos topamos con definiciones como: “Así son los goleadores” y yo pregunto ¿como son? Puede alguien dar un parámetro de definición de estas criaturas… ellos viven y se alimentan del gol se los ve con ojos desencajados como los de Schillaci o con fingida indiferencia como Henry pero todos ellos buscan un bien común que los define no por ellos sino por el objeto en si mismo: el gol… tienen hambre de gol… necesidad de el… lo buscan a todo costa, cueste lo que cueste y en ocasiones hasta pierden el sentido de la realidad con tal de conseguirlo, son en definitiva adictos al gol y quizás aquí termine imponiéndose la creencia popular del primer párrafo de esta nota pero en carácter invertido; ellos (los goleadores) no son brujos sino embrujados, no son hechiceros sino hechizados; padecen sin saberlo un extraño mal, una falta de saciedad que los transforma en bestias del gol, animales de la red, una especie de transmutación que dura 90 minutos y se repite partido tras partido, tras partido como una maldición eterna en definitiva no son mas que licántropos en busca de redención tras una luna llena en un campo verde.