| jueves, agosto 17, 2006


Que sí, que no, que caiga un chaparrón (?). El affaire Boca - Mauricio Macri - Entradas parece no tener fin. Cada vez que el club de La Boca juega como local con alguno de los denominados grandes de la Argentina (por lo menos según nuestros queridos periodistas) surge el mismo problema: la cantidad de entradas para el visitante. Desde la visión del presidente de Boca, esto es "inevitable" porque el club tiene demasiados socios y gente que ha pagado sus abonos con antelación para entrar a la cancha a ver a su equipo tan querido, y él debe brindarles ese servicio. Por su parte, los damnificados (los hinchas visitantes) argumentan que ellos sí le proveen las entradas suficientes a Boca cuando juegan en su propia cancha, y desean el mismo trato.
Sinceramente, no creo que haya una solución fácil para todo esto, ya que cualquiera de ellas dejaría a alguien perdiendo mucho dinero. La salida más marketinera que existe ya fue pensada y está próxima a ponerse en práctica (según MM) y se refiere al hecho de hacer el famoso Estadio Único, con mucha capacidad, en el que jugasen Boca y River. Sinceramente, no veo esto viable bajo ningún punto de vista. Ya hemos visto lo que pasó con Gimnasia de la Plata, Estudiantes y su Estadio Único: sólo sirvió para lavar dinero y nunca pudo ser puesto en práctica realmente.
Agrandar la cancha de Boca? Según los dirigentes es "imposible", porque la gente propietaria de ciertas casas detrás de la Bombonera pide fortunas por esos terrenos.
Dejar gente de Boca sin la posibilidad de ver a su querido equipo? Nooo, significaría un descenso en los ingresos del club de la ribera que Macri no está dispuesto a aceptar.
Comenzar a reprender las acciones de Macri con el típico "ojo por ojo"? Imposible para ciertos clubes que esperan todo el año las recaudaciones de sus equipos fente a Boca y River (inclusive grandes como Independiente sufren de este problema).
En fin, un problema más de intereses en un fútbol que, gracias a gente como MM y compañía, cada día se centra más en el dinero, logrando que se pierda ese "gustito" tan especial que tiene un partido, como los famosos duelos de las hinchadas, y la posibilidad al alcance de la mano, para todos por igual, de ver a su equipo vaya a donde vaya.
(Foto: Olé)