La sorpresa

| domingo, agosto 06, 2006


En un partido entrenido sólo en el primer tiempo, y que, por momentos, dio ganas de que las luces hubiesen seguido apagadas (?) en su segundo tiempo, Arsenal derrotó por 3-1 a un candidato como lo es Gimnasia de la Plata para llevarse el título.
Un Gimnasia que venía con la misma base que el semestre pasado, pero sin una figura importante como el "Turbo" Vargas, y sin su veterano arquero el "Mono" Navarro Montoya. Arsenal quería volver a tener esa identidad de equipo duro y combativo que había perdido en el último tiempo, de la mano de un especialista en ese campo, Gustavo Alfaro.
Comienzo del partido, que mostraba un avaro Arsenal, con un solo punta (el ex Vélez Mauro Óbolo) y con un par de volantes que acompañaban en el ataque, como Raymonda y Caffa. Por el lado de Gimnasia, el Guly como enganche intentaba darle el fútbol que perdió debido a la venta de su armador estrella Lobos en su momento. Todo iba tranquilo hasta que a los 19 minutos, sucedió lo inesperado: se apagaron las luces del estadio. Cuando algunos imaginaban maniobras secretas del Don Julio (?) Pompei se cansó de esperar que arreglaran el asunto y suspendió el partido. La gente que se ponía furiosa y comenzaba a emprender el camino hacia sus casas. Pero Argentina, país generoso, todo lo puede: mágicamente, volvieron las luces. El partido se reanudó, y encontró a un Caffa encedido, que encaró por izquierda, metió un centro rasante que tapó Olave en su primera instancia, pero que luego encontró Raymonda y mandó al centro del arco para asegurarse el 1-0 de Arsenal. El Lobo fue con todo a buscar el empate, y lo consiguió de la mano del Chapulín Cardetti, con un cabezazo certero. Volvía la tranquilidad? Para nada. En una jugada en la que se equivocó bastante un Olave que se quedó a mitad de camino, Caffa facturó. Se iba el primer tiempo, con Arsenal dos goles arriba y un Troglio enojadísimo.
En el inicio del segundo tiempo, lo tuvo Cardetti en sus pies, luego de un grosero error de Castiglione, pero su pelota se fue por el costado del arco (debería haber gambeteado al arquero). Arsenal, en ataque, complicaba muchísimo con un Caffa movedizo, un Raymonda pensante y un molesto Óbolo, que si bien no aprovechaba las que tenía, ayudaba mucho al momento de bajar las pelotas (?). Jugaban de contra y les salía bien, porque en una de esas contras, Valdemarín recibió un saque de arco, encaró por la derecha y, a mi entender, mirando la pelota fijamente, le dió con un efecto que la clavó en el segundo palo de un Olave sorprendido. Era el tercero para Arsenal y el final del partido.